DBP: "Es necesaria una lucha decidida por una solución democrática y la paz social"

En la declaración final de la reunión del Consejo del Partido, el DBP declaró: “Un fuerte movimiento popular, una orientación política consciente y una lucha decidida son necesarios para una solución democrática y la paz social”.

LLAMADO A LA PAZ

El Consejo del Partido de las Regiones Democráticas (DBP) publicó la declaración final de sus reuniones celebradas en Amed (tr: Diyarbakır) el 14 y 15 de junio, que decía lo siguiente:

Una solución democrática a la cuestión kurda determinará el futuro común no solo de los kurdos, sino de todos los pueblos de Turquía y Oriente Medio. Frente al sistema actual, que niega a las mujeres, los jóvenes y las personas una vida sin pobreza, guerra ni opresión, somos portadores de paz, igualdad y libertad. En la construcción de una sociedad democrática, las mujeres no son solo sujetos, sino también una fuerza fundadora. Somos plenamente conscientes de que una sociedad democrática, moral y política no puede construirse sin la conciencia de libertad y liderazgo político de las mujeres.

En este proceso, donde el sistema ha implementado sus políticas de guerra específicas en todos los aspectos, corrompiendo la sociedad e intentando separarla de sus valores, la lucha organizada de las mujeres es el medio más poderoso tanto para reconstruir estos valores como para socializarlos. Por esta razón, las mujeres no solo son una fuerza que resiste, sino que moldea y transforma el discurso.

Como mujeres kurdas, actuamos con la responsabilidad de estar al frente de nuestra lucha en cada ámbito donde estamos presentes. Al decir "primero las mujeres, al liderazgo de las mujeres", nos organizaremos y nos fortaleceremos al abrazar el llamado del Sr. Öcalan a la paz y a una sociedad democrática. Tanto la lucha por la libertad de las mujeres como la lucha más amplia por la libertad del pueblo kurdo demuestran una vez más la importancia vital de la fuerza organizada y la conciencia política.

Las políticas excluyentes y opresivas del gobierno provisional sirio hacia los kurdos representan un enfoque que ignora el papel del pueblo kurdo como actor regional. Sin embargo, los kurdos en Oriente Medio ya no son simplemente un pueblo; también ocupan un lugar decisivo en la construcción de un sistema político y social democrático. Esta nueva realidad ha hecho más visible y eficaz el papel del pueblo kurdo en la ecuación regional.

La posibilidad de que Israel se convierta en la nueva potencia hegemónica en Oriente Medio conllevará una reconfiguración del equilibrio de poder regional. En este cambio de poder, la posición de los kurdos, las alianzas que forjen y las plataformas desde las que defiendan sus reivindicaciones nacional-democráticas serán decisivas. En esta coyuntura, la perspicacia estratégica del movimiento kurdo reviste una importancia histórica, no solo para defenderse, sino también para forjar una línea política constructiva y orientada a la búsqueda de soluciones.

En Turquía, en particular, se están realizando importantes esfuerzos para explicar el proceso de Paz y Sociedad Democrática a la población y reforzar su legitimidad entre amplios sectores de la población. Existe una creciente expectativa en la sociedad de que el Estado tome medidas concretas en este proceso. En particular, la nueva fase que la región inició tras el 27 de febrero ha revelado que las políticas orientadas a la seguridad han llegado a sus límites y que es imperativa una solución democrática realista. La cuestión kurda, el problema más candente y fundamental en más de un siglo de historia de la República de Turquía, solo puede resolverse mediante la democratización. Esto se debe a que esta cuestión concierne directamente no solo al pueblo kurdo, sino también al deseo de toda la sociedad turca de vivir en paz, libertad e igualdad.

En este punto, los partidos políticos y todas las instituciones democráticas tienen una gran responsabilidad. El proceso de paz y una sociedad democrática no debe verse como un mero diálogo entre el Estado y el movimiento kurdo, sino como un esfuerzo multidimensional de democratización que debe llevarse a cabo con la participación de todos los sectores de la sociedad. Los partidos políticos deben contribuir activamente a este proceso y difundir la perspectiva de paz y resolución entre la base social. La paz no es simplemente el cese de las hostilidades; es la garantía de una vida digna, igualitaria y libre para todos los pueblos.

Como resultado, mientras se reescribe el futuro de Oriente Medio, el pueblo kurdo ha alcanzado un umbral histórico para determinar su propio futuro. La base fundamental de este poder es la voluntad organizada del pueblo. Un movimiento popular fuerte, una orientación política consciente y una lucha decidida son necesarios para una solución democrática y la paz social. Es de vital importancia que el Estado aborde este proceso con sentido de responsabilidad histórica, cumpliendo con sus responsabilidades políticas y legales sin demora.

Una solución democrática a la cuestión kurda determinará el futuro común no solo de los kurdos, sino de todos los pueblos de Turquía y Oriente Medio. Por lo tanto, cada persona, cada institución y cada entidad política debe actuar consciente de esta responsabilidad para garantizar que el futuro de los pueblos se base en la paz y la democratización.