Tuncel: “Para nosotras, la participación de Öcalan en el proceso es la mayor fuente de confianza”

Sebahat Tuncel, activista del TJA, critica al Estado turco por no tomar las medidas necesarias en el proceso actual hacia una resolución democrática de la cuestión kurda, afirmando: “Silenciar las armas no significa paz ni democracia”.

TJA

La Solidaridad de Mujeres de Sultangazi organizó un panel bajo el lema "Paz a través de las manos de las mujeres, levántate con una sociedad democrática" en el Gazi Cemevi (Casa de Culto Alevi) del distrito de Sultangazi en Estambul. El panel contó con la participación de Sebahat Tuncel, activista del Movimiento de Mujeres Libres (TJA). Asistieron numerosas participantes, entre ellas Madres de la Paz, representantes de organizaciones de mujeres, el Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM) y numerosas miembros del TJA. Sebahat Tuncel afirmó que los conflictos en curso son una continuación de la Tercera Guerra Mundial y agregó: “Durante las guerras, los cuerpos de las mujeres se convierten en campos de batalla. Se las convierte en objetos de guerra, y este es un problema muy grave. La violencia se normaliza en tiempos de guerra. Por lo tanto, la lucha por la paz no es una cuestión de elección, sino de necesidad. En las guerras, no solo se saquea la geografía, sino que las mujeres se ven profundamente afectadas, y las huellas de estos efectos son difíciles de borrar. Para nosotras, oponernos a la guerra tiene una importancia fundamental. Llevamos años luchando para que la paz prevalezca. A menudo nos enfrentamos a la pregunta: ‘¿Es posible la paz mientras persiste la opresión?’. Turcos, kurdos, laz, circasianos; en resumen, todos expresan su apoyo a la paz de alguna manera, pero tras el fracaso del proceso de resolución y la implementación del plan de destrucción, ha surgido un estado de desconfianza entre la gente. Por eso es importante unirnos, debatir sobre la paz y qué podemos hacer”.

La acción del Estado es crucial.

Sebahat Tuncel señaló que el proceso ha entrado en una nueva fase con el "Llamado a la paz y una sociedad democrática" de Abdullah Öcalan, del 27 de febrero. Continuó: "Öcalan exige la eliminación de los obstáculos que impiden el reconocimiento, la organización y la participación política de las diferentes creencias e identidades. En Turquía, ni los alevíes ni los kurdos son reconocidos. La política de negación está protegida constitucionalmente, por lo que el asunto debe resolverse legalmente. Los kurdos y las kurdas pueden convertirse en presidentes o diputados, pero no se les permite ser lo que son: kurdos. Esto debe cambiar. En este sentido, la cuestión del reconocimiento es fundamental. El PKK respondió positivamente al llamamiento de Öcalan y anunció su decisión de disolverse. Nos encontramos ahora en una nueva fase. Nos encontramos en la segunda etapa, y en esta etapa nos enfrentamos a la reticencia del Estado a asumir responsabilidades con rapidez. El Estado no dice que no actuará, procede con lentitud. El ‘derecho a la esperanza’ es una de estas responsabilidades, y el Estado debe implementarlo. En este nuevo período, el Estado debe aplicar el ‘derecho a la esperanza’, poner fin al régimen fiduciario y establecer un proceso legal que garantice el derecho a votar y ser elegido. La acción del Estado es un punto crucial. Si se toman estas medidas, en la tercera etapa, todos los que apoyan una sociedad democrática tendrán responsabilidades. El silenciamiento de las armas no significa paz ni democracia; estas deben garantizarse”.

Quienes luchan construyen la paz.

Tuncel concluyó: “Los kurdos y las kurdas no solo están presentes en el campo de batalla; también están construyendo una nueva vida. No confiamos ni en Erdoğan ni en Devlet Bahçeli. Para nosotras, la participación de Öcalan en este proceso es la mayor fuente de confianza. Los kurdos y las kurdas abogan por la resolución de los problemas no mediante la guerra, sino mediante la política. Sin embargo, son aquellos que luchan quienes finalmente hacen la paz y se sientan a la mesa”.