La Policía de la Moralidad del Estado iraní había detenido a Jina Amini a la salida del metro de la capital, Teherán, la noche del 13 de septiembre. Fue trasladada al hospital con heridas graves a consecuencia de la tortura.
Amini fue enterrada en el cementerio de Ayçi, en Seqiz, Kurdistán Oriental. Las protestas comenzaron justo después del entierro en las ciudades de Seqiz y Sine el domingo y se extendieron a otras ciudades del Kurdistán Oriental e Irán.
Las protestas tuvieron lugar en muchas universidades. Cientos de personas se manifestaron en el centro de Teherán el lunes por la noche, coreando lemas antigubernamentales, según la agencia de noticias Fars. Algunas mujeres se quitaron el pañuelo en señal de protesta.
La policía detuvo a muchos manifestantes y los atacó con porras y gases lacrimógenos. En la capital, los estudiantes también protestaron en muchas universidades, Terhan y Şahid Beheşti entre ellas.
Según la agencia de noticias Tasnim, una protesta similar tuvo lugar en la ciudad nororiental de Mashed.
La joven kurda murió tras caer en coma. Su familia y los activistas consideran que esta muerte es sospechosa y está causada por la tortura.
La policía de Teherán afirma que no hubo contacto físico entre la policía y Jina Amini (Mahsa Amini).
El día de la muerte de Amini, la televisión estatal emitió una breve imagen de la cámara de vigilancia.
En la grabación se afirma que Amini cayó en el acto tras una discusión con la policía.
El lunes, el padre de Amini, Amjad Amini, declaró a la agencia Fars que el vídeo fue cortado y que su hija fue trasladada al hospital demasiado tarde.
El ministro del Interior, Ahmed Vahidi, afirmó que Jinda Amini tenía "problemas de salud previos" y que "fue operada del cerebro cuando tenía cinco años".
El padre Amjad Emini desmintió al ministro Vahidi, afirmando que su hija estaba "completamente sana". La joven fue atacada por la Policía de la Moralidad mientras visitaba Teherán con su madre.
La Policía de la Moralidad iraní ha sido objeto de críticas en los últimos meses, con numerosos ataques violentos contra mujeres.
Tras el asesinato de Amini, muchos cineastas, artistas, deportistas, políticos y religiosos protestaron en las redes sociales. Las mujeres protestaron por las imágenes que tomaron cortándose el pelo.
La Unión Europea y Francia condenaron la muerte de Amini y exigieron una investigación transparente.