En Abra, un pueblo cerca de la ciudad de Çilaxa (al-Jawadiyah) en el noreste de Siria, se plantaron árboles en una zona montañosa como parte de los esfuerzos de reforestación en Rojava. El Comité de Asuntos Comunales del cantón Qamishlo distribuyó alrededor de 1.400 abetos, higueras y granadas a la población local en ese momento, siempre que el área no se utilice para el pastoreo de ganado.

Cuatro empleados fueron contratados para mantenimiento y riego, y los ingenieros agrícolas siguieron todo el proceso, ya que el suelo pedregoso del área había sido removido antes de la reforestación. Ahora el cantón ha decidido construir un pozo profundo para ayudar a proteger el bosque. El costo del proyecto se estima en el equivalente a unos 9,000 euros.

"El bosque continuará creciendo y proporcionará un clima saludable. Esto mejorará la calidad de vida de las personas aquí. El bosque también se convertirá en un hábitat para animales e insectos salvajes. Creemos que es genial", dijo Emine Yunis, Co- Presidente de la Comunidad Popular Abra.

El régimen sirio usó Rojava como un granero durante décadas y destruyó los bosques de la región para su industria de la construcción. Toda la región fue deforestada y lixiviada con monocultivos. Desde la revolución de Rojava, la reforestación ha sido una de las actividades centrales en la región autónoma siria del noreste.