La guerra a gran escala en Ucrania, junto con los conflictos en otros lugares y los trastornos provocados por el clima, hicieron que el año pasado hubiera más personas que fueron desarraigadas de sus hogares, lo que acentúa la urgencia de una acción colectiva inmediata para aliviar las causas y el impacto de los desplazamientos, ha informado hoy ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
El informe anual insignia de ACNUR, Tendencias globales en desplazamiento forzado 2022, encontró que para fines de 2022, la cantidad de personas desplazadas por la guerra, la persecución, la violencia y los abusos contra los derechos humanos se situó en un récord de 108,4 millones. 19,1 millones más que el año anterior, que fue el mayor aumento de la historia.
La trayectoria ascendente del desplazamiento forzado mundial no mostró signos de desaceleración en 2023, ya que el estallido del conflicto en Sudán desencadenó nuevas salidas, elevando el total mundial a un estimado de 110 millones en mayo.
“Estas cifras nos muestran que algunas personas son demasiado rápidas para precipitarse al conflicto y demasiado lentas para encontrar soluciones. La consecuencia es la devastación, el desplazamiento y la angustia de cada una de las millones de personas desarraigadas a la fuerza de sus hogares”, denunció el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
Del total mundial, 35,3 millones eran refugiados, personas que cruzaron una frontera internacional en busca de seguridad, mientras que una proporción mayor (el 58 %, que representa a 62,5 millones de personas) fueron desplazados en sus países de origen debido al conflicto y la violencia.
La guerra en Ucrania fue el principal impulsor del desplazamiento en 2022. El número de refugiados de Ucrania se disparó de 27.300 a finales de 2021 a 5,7 millones a finales de 2022, lo que representa la salida de refugiados más rápida desde la Segunda Guerra Mundial. Las estimaciones del número de refugiados de Afganistán fueron considerablemente más altas a fines de 2022 debido a las estimaciones revisadas de los afganos alojados en Irán, muchos de los cuales llegaron en años anteriores. De manera similar, el informe reflejó revisiones al alza por parte de Colombia y Perú del número de venezolanos, en su mayoría categorizados como “otras personas con necesidad de protección internacional”, alojados en esos países.
Las cifras también confirmaron que, ya sea medido por medios económicos o proporciones de población, siguen siendo los países de bajos y medianos ingresos del mundo, no los estados ricos, los que albergan a la mayoría de las personas desplazadas. Los 46 países menos adelantados representan menos del 1,3 % del producto interno bruto mundial, pero albergan a más del 20 % de todos los refugiados. La financiación para las numerosas situaciones de desplazamiento y para apoyar a los anfitriones quedó rezagada con respecto a las necesidades el año pasado, permaneciendo lenta en 2023 a medida que aumentan los requisitos.
“La gente de todo el mundo continúa mostrando una hospitalidad extraordinaria para los refugiados a medida que brindan protección y ayuda a quienes lo necesitan”, agregó Grandi y continuó: “Pero se requiere mucho más apoyo internacional y una distribución más equitativa de la responsabilidad, especialmente con aquellos países que albergan a la mayoría de los desplazados del mundo".
“Sobre todo, se debe hacer mucho más para poner fin al conflicto y eliminar los obstáculos para que los refugiados tengan la opción viable de regresar a sus hogares de manera voluntaria, segura y digna”, declaró.
Si bien la cifra total de desplazados siguió creciendo, el informe de Tendencias Globales también mostró que los que se ven obligados a huir no están condenados al exilio, sino que pueden y regresan a casa, de forma voluntaria y segura. En 2022, más de 339.000 refugiados regresaron a 38 países y, aunque fue menor que el año anterior, hubo retornos voluntarios significativos a Sudán del Sur, Siria, Camerún y Costa de Marfil. Mientras tanto, 5,7 millones de desplazados internos regresaron en 2022, en particular en Etiopía, Myanmar, Siria, Mozambique y la República Democrática del Congo.
A finales de 2022, aproximadamente 4,4 millones de personas en todo el mundo eran apátridas o de nacionalidad indeterminada, un 2 % más que a finales de 2021.
El informe de Tendencias Globales se lanzó seis meses antes del segundo Foro Mundial sobre Refugiados, una importante reunión en Ginebra que reúne a una variedad de actores para encontrar nuevas soluciones e integrar la solidaridad con las personas obligadas a huir y sus anfitriones.