"Ahora es el momento de ponerse de pie"
La lucha de los kurdos y del HDP ha mantenido vivas las fuerzas democráticas. Ahora se ha traspasado el umbral del miedo. La época en que el fascismo se sentía fuerte finalmente terminó.
La lucha de los kurdos y del HDP ha mantenido vivas las fuerzas democráticas. Ahora se ha traspasado el umbral del miedo. La época en que el fascismo se sentía fuerte finalmente terminó.
Hay un gran segmento social en Turquía que no está satisfecho con el régimen gobernante AKP/MHP. A pesar de toda la represión, ataques, propaganda y manipulación de opinión, el 70% de la población está descontenta con este gobierno. Se acabaron los tiempos en los que el AKP podía engañar al pueblo con retórica democrática y así generar aprobación. El hecho de que éste ahora quiera sobrevivir con el apoyo de fuerzas autoritarias, fascistas, antidemocráticas y anti-kurdas en lugar de buscar el apoyo de quienes quieren democracia y libertad es sintomático de la situación en la que se encuentra el régimen. El sentimiento más fuerte que puede sentir este gobierno en este momento es el de perder el poder. Cuanto más fuerte se vuelve este sentimiento, más lleva la persecución y la opresión al extremo.
Las reuniones y conferencias democráticas contra el gobierno fascista del AKP/MHP son una señal de que la gente ya no está dispuesta a vivir con el régimen. Todo lo que Turquía necesita ahora es democracia. El pan, la libertad y la justicia solo se pueden lograr si el país se democratiza. La opresión y persecución por parte del gobierno del AKP/MHP le ha dado a la gente esta conciencia. La oscuridad del fascismo en Turquía también ha hecho brillar la necesidad de democracia y libertad. "El momento más oscuro de la noche es el más cercano a la mañana", dice el dicho. Es en este contexto que nació la frase "Este es el momento". Ningún dicho o modismo debe subestimarse, porque en ellos se manifiestan miles de años de experiencia social. La mayor riqueza y herencia de la humanidad son esas expresiones.
La negrura de la noche es la cuna del nacimiento de la luz, siempre y cuando uno no se pierda en la oscuridad y desaparezca. El pueblo kurdo y las fuerzas democráticas no se han perdido en este entorno oscuro; han continuado su existencia en resistencia. Ha llegado el momento de recoger los frutos de la libertad y la democracia como frutos de la luz. El pueblo kurdo y las fuerzas democráticas han pagado un alto precio y merecen ese premio por su resistencia. Pero esto requiere un acto final de resistencia para romper la oscuridad. El fascismo atraviesa su momento más débil. Conscientes de este hecho, el pueblo kurdo y las fuerzas democráticas deberían avanzar y destruir el fascismo a la luz de la democracia y la libertad. Existen condiciones políticas, sociales y psicológicas para ello.
Las reuniones y conferencias democráticas son muy importantes. La actitud que se muestra allí y las decisiones que se toman allí también lo son. Pero aún más importante es que se trata de organizar y practicar. Hay que exigir democracia y libertad ahora mismo. Cuando este régimen está en su punto más débil, es precisamente cuando las fuerzas democráticas deben movilizarse y activarse. Porque en las condiciones del fascismo, la democracia y la libertad solo se pueden lograr mediante la lucha. ¿Existen las condiciones para esto? Sin duda. Este solo hecho inspirará a las fuerzas democráticas. Esta realidad le da una gran fuerza a la lucha social.
Sin embargo, las condiciones políticas y sociales han superado las fuerzas de la democracia y la libertad. En esta etapa, las fuerzas democráticas deben ir más allá de la fase de análisis y contemplación y pasar a la acción. Ahora es el momento de actuar. Hay mantequilla, azúcar, harina y agua, se deben mezclar para desplegar. Esto se hace mediante la acción. Hay una sociedad que está lista para la movilización democrática, que quiere hacer avanzar la lucha. Nadie puede estar desesperado en este entorno. Nadie puede decir que la lucha es desesperada.
El HDP mantuvo los pies en la tierra a pesar de toda la represión porque hay una sociedad militante y resistente en la que puede apoyarse. Está la familia de Deniz Poyraz. No es una sola. Hay decenas de miles de familias así. Hay cientos de miles, incluso millones de kurdos que tienen este tipo de actitud. El HDP no pudo ser derribado por este motivo. Esta realidad social debe animar a todos. Existe la voluntad de luchar por la democracia no solo entre los kurdos, sino en toda la sociedad en Turquía.
La lucha de los kurdos y las fuerzas democráticas dentro del HDP ha apoyado no solo su propia lucha, sino también la lucha de las fuerzas democráticas en Turquía. Ahora se ha traspasado el umbral del miedo. Los tiempos en los que el fascismo se sentía fuerte finalmente terminaron. Es el momento de la caída del fascismo. Ahora se trata de actuar y tomar medidas para derrocar este fascismo tambaleante y liderar la lucha por la democracia y la libertad.