Unos 16 trabajadores temporarios de Mardin que fueron a la provincia de Sakarya en el noroeste de Turquía para trabajar en huertos de avellanas, fueron atacados por su empleador y los residentes locales.

Uno de los trabajadores agredidos, Barış Demir, dijo que “Por la mañana fuimos al jardín a trabajar. El patrón se acercó a nosotros y nos insultó, llamándonos “jauría de perros”. Cuando salimos del jardín, el empleador nos amenazó: “¿Ustedes toman este lugar como su casa? Esta tierra es nuestra”. Luego, unas ocho personas allí nos atacaron con palos".

Tras el ataque racista, los trabajadores kurdos se fueron a su ciudad natal.