Según los informes, cientos de policías allanaron el campamento de refugiados de Lavrio a las 4 am hora local de hoy.

Alrededor de 40 personas que se encontraban en el campamento fueron detenidas y trasladadas a otro campamento. La policía rompió las puertas de las habitaciones durante la redada, que fue recibida con reacciones de las organizaciones de la sociedad civil griega.

Los y las activistas anunciaron en un comunicado de prensa en el Centro Cultural Kurdo que, tras la redada de cientos de policías, los y las refugiadas fueron obligados a subir a autobuses, siendo evacuados a la fuerza.

El Centro Cultural Kurdo condenó la redada que, dijo, tuvo lugar como resultado de negociaciones con el estado turco y la OTAN.

El Ministerio de Migración griego afirmó que los refugiados abandonaron el campamento voluntariamente. El Centro Cultural Kurdo negó la declaración y dijo que fue más bien una evacuación forzada.

La redada se produjo después de que el nuevo gobierno derechista griego prometiera hace unos días empezar de cero en sus relaciones con Turquía.

La próxima cumbre de la OTAN que se realizará en Vilnius, Lituania, del 11 al 12 de julio también discutirá el veto turco a la membresía de Suecia en la OTAN sobre las condiciones contra los kurdos.

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Lavrio es una ciudad en la provincia griega de Ática, a unos 60 kilómetros al sur de Atenas. Es el hogar de uno de los campos de refugiados más antiguos de Grecia. Construido en la década de 1960 para los refugiados de la Guerra Fría de la Unión Soviética, en la década de 1980 fueron principalmente refugiados políticos de Turquía quienes escaparon del golpe militar allí. Desde entonces, Lavrio ha sido conocido como un centro de recepción para refugiados kurdos y siempre ha sido una espina en la costilla de Ankara. A partir de 2014, más familias kurdas de Rojava/norte de Siria llegaron a Lavrio huyendo de los ataques del Estado Islámico (EI). Más recientemente, constituían la mayoría de los residentes, pero también vivían en el campamento kurdos de Bakur, Rojhilat y Bashur.

Hasta hace unos años, el campo estaba oficialmente reconocido por Atenas y se gestionaba con la ayuda de la Cruz Roja griega. Pero en 2017, el gobierno de Syriza sorprendentemente retiró el apoyo estatal al campamento. Desde entonces, Lavrio ha sido una especie de zona de autoadministración, financiada con donaciones, incluso de la Media Luna Roja Kurda (Heyva Sor a Kurdistanê). La autoadministración del campo funcionó según el principio de la Autonomía Democrática. Existían comités de seguridad, limpieza, salud, mujer, juventud y administración.

Con Lavrio, se creó algo único en toda Europa. La población de la ciudad de Lavrio, con unos 25.000 habitantes, se solidarizó con la gente del campamento, llevó alimentos y otras donaciones, y realizaba compras en el pequeño quiosco que funcionaba en el campamento para ayudar.