Cancillería de Colombia condenó la resistencia kurda pero no los ataques contra la población civil

"Si la Cancillería de Colombia condena las acciones militares contra las fuerzas armadas de Turquía, debería exigir un proceso de paz entre el Estado turco y las fuerzas kurdas", advirtieron varias organizaciones.

El pasado 24 de diciembre, la Cancillería de Colombia publicó en su cuenta de X: “El Ministerio de Relaciones Exteriores rechaza los ataques armados perpetrados por facciones del PKK en contra de las fuerzas de seguridad de la República de Türkiye, ocurridos al norte de Irak, donde infortunadamente se registra un saldo de 12 funcionarios fallecidos”.

Este mensaje del Estado colombiano deja a un lado asuntos importantes para posicionarse en este conflicto:

  1. Los funcionarios en mención eran militares de las fuerzas armadas de Turquía, quienes se encontraban en el campo de batalla contra las fuerzas armadas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
  2. El Estado colombiano está legitimando la presencia de soldados turcos en Irak, lo que implica legitimar una fuerza de ocupación militar.
  3. Este conflicto armado persiste desde hace décadas en la región, ya que el Estado turco ha rechazado permanentemente la posibilidad de una solución política a la cuestión kurda. Turquía insiste en profundizar la guerra incluso utilizando tácticas ilegales, como el uso de armas prohibidas por todas las convenciones internacionales.
  4. En vez de buscar una solución política a este conflicto, el Estado turco vulnera los derechos humanos y políticos del líder kurdo Abdullah Öcalan, quien podría contribuir enormemente para encontrar una solución pacífica a todo este conflicto. Pero, desde 1999 se encuentra preso en Turquía, en condiciones de aislamiento total en la isla prisión de Imrali. Vale la pena decir que la última vez que se supo de Öcalan fue hace tres años, periodo de tiempo en el que no se ha podido reunir con sus abogados ni familiares.
  5. Ante los ataques armados en contra de sus fuerzas militares, la respuesta del Estado turco fue un brutal bombardeo contra infraestructuras civiles en Rojava (norte de Siria), acción que ya había realizado en el mes de octubre y que tiene como objetivo las infraestructuras básicas de Rojava (gas, electricidad, agua, fábricas de producción de bienes de primera necesidad, hospitales, escuelas, entre otros). Estos ataques han causado daños masivos que ponen en peligro los medios de subsistencia de millones de personas civiles.

Si la Cancillería de Colombia va a tomar una posición frente a este conflicto, no debería enfocarse únicamente en las acciones mismas de un conflicto armado entre dos fuerzas militares, sino condenar con fuerza las acciones militares del gobierno turco contra la población civil que vive en la región de Rojava. Allí habitan millones de personas que hoy están construyendo un proyecto político para la región desde el Confederalismo Democrático, una apuesta por una sociedad democrática, ecológica, multiétnica y multicultural, impulsada por la vanguardia de las mujeres, que va más allá del Estado nación. Hace unos meses, el mismo presidente Gustavo Petro reivindicaba este proyecto en uno de sus discursos en Naciones Unidas[1], pues en Kurdistán fueron las mujeres quienes combatieron de frente al Estado Islámico, una fuerza retardataria que amenaza a toda la humanidad[2].

Del mismo modo, si la Cancillería de Colombia condena las acciones militares contra las fuerzas armadas de Turquía, debería exigir un proceso de paz entre el Estado turco y las fuerzas kurdas. Lo que implica como primer y único paso para una mesa de negociación, exigir la libertad para Abdullah Öcalan, pues él es el representante político de millones de kurdos, y a través de él es que se llevará la hoja de ruta para darle fin a la cuestión kurda.

Las organizaciones firmantes, exigimos un alto al fuego contra la población civil y sus infraestructuras para la vida de la región de Rojava. Así mismo, le solicitamos a la Cancillería de Colombia que si se quiere posicionar en este conflicto, lo haga en contra de las acciones terroristas y genocidas del Estado turco contra el pueblo kurdo que exige y construye su autodeterminación como pueblo. La posición del Estado colombiano debe ser ética como ha sido ejemplo frente al genocidio que ocurre contra el pueblo palestino.

Firman:

Comité de Solidaridad con Kurdistán Colombia

Congreso de los Pueblos

Colectivo juvenil Rosa Luxemburgo

FUN Comisiones Modep

La Vanguardia Abya Yala

Proceso de Comunidades Negras (PCN)

Pueblos en Camino

FUENTE: Kurdistán América Latina