Ayer conmemoraron a las víctimas de la masacre del 1 de mayo de 1977 en la plaza Taksim, en Estambul. A causa de la pandemia del coronavirus, la conmemoración sólo gozó de una participación simbólica. Estuvieron presentes representantes de partidos políticos y organizaciones democráticas, entre ellos el diputado del HDP Musa Piroğlu y la co-presidenta del HDP en Estambul, Elif Bulut.

El 1 de mayo de 1977 representa un punto de inflexión en la historia del movimiento de los trabajadores en Turquía. Más de 500.000 personas participaron en la manifestación del 1 de mayo. Muchos de ellos todavía no habían entrado en la plaza Taksim cuando se realizaron los primeros disparos. Entonces, las fuerzas de seguridad atacaron a la multitud desde vehículos blindados. Lanzaron granadas de gas lacrimógeno y utilizaron cañones de agua. El número de víctimas es todavía hoy fuente de controversia; de acuerdo con las cifras oficiales murieron 37 personas, 200 resultaron heridas y más de 500 fueron detenidas.

La plaza Taksim adquirió un fuerte significado simbólico para la izquierda turca a raíz de esta masacre. “No olvidamos la masacre del 1 de mayo de 1997”, podía leerse ayer en una pancarta desplegada en la conmemoración, iniciada con un minuto de silencio. Luego se leyó un comunicado conjunto en el que se recordó que nadie ha sido condenado todavía por el derramamiento de sangre de aquel día.

En nombre de los participantes, Nimet Tanrikulu prometió que Taksim nunca será abandonada como localización central de los eventos del 1 de mayo. Sindicatos y movimientos de izquierdas tratan cada año de organizar mítines en la plaza. Desde 1977, se han prohibido las manifestaciones casi todos los años. Este año se han anunciado acciones descentralizadas a causa de la pandemia.