"Las iglesias del mundo exigen que se ponga fin, que se ponga fin al sufrimiento de los pueblos. Basta de enfrentamientos, caos y muerte. Es hora de la paz, del respiro, del diálogo y de la justicia para las víctimas de las atrocidades perpetradas en estos catastróficos años de violencia", añadió el comunicado.
El CMI recordó que "la zona bajo ataque, gobernada por la 'Autoadministración del noreste de Siria', incluye poblaciones de cristianos, yazidíes, kurdos, árabes y otros grupos vulnerables que sufrieron gravemente durante los años de la guerra. Muchos ya han sido desplazados en múltiples ocasiones cuando huían de la lucha en otras partes de Siria hacia el noreste, que había permanecido relativamente segura y estable. Pero ahora incluso este refugio se está convirtiendo en un campo de batalla por la operación turca".