La fosa común dejada por la milicia terrorista del ISIS en tierra agrícola en las afueras de Raqqa va camino de convertirse en la fosa común más grande encontrada hasta ahora en la capital del autodenominado Califato.
Durante los trabajos de exhumación realizados en enero, miembros del Comité de Reconstrucción sospecharon que los restos de unas 800 victimas de los yihadistas estarían enterrados en la fosa común. Sin embargo, la cifra ha aumentado hasta los 3.500 cuerpos encontrados en la fosa situada en el suburbio de Al-Fukheikha. El descubrimiento es el ejemplo más claro del grado de violencia perpetrado contra la población durante el reino del terror orquestado por el ISIS.
Posiblemente la cifra aumente hasta más de 3.800 cuerpos
“Hay tumbas individuales, pero detrás de nosotros, donde están los árboles, existen fosas comunes de aquellas personas que fueron ejecutadas por el ISIS. Se sospecha que haya entre 2.500 y 3.000 cuerpos enterrados en las fosas comunes más 900 o 1.100 en las tumbas individuales, por lo que la cifra asciende a 3.500 cuerpos”, ha informado el forense local Asaad Mohammad.
Tres meses después de la liberación de Raqqa por parte de las SDF en octubre de 2017, el Consejo Civil comenzó los trabajos de recuperación de los restos de las victimas enterradas en fosas comunes. Por ahora, el Comité de Reconstrucción, encargado de los trabajos en las fosas comunes, ha podido recuperar más de 3.800 victimas en total. 560 de ellas han sido identificadas y entregadas a sus familias para poder ser enterradas. Los muertos que no se puedan identificar serán enterrados de acuerdo con las costumbres religiosas por las autoridades.
8 fosas comunes han sido ya localizadas en la ciudad de Raqqa, incluyendo una denominada ‘Panorama’ en la que se han exhumado más de 900 cuerpos. “Al-Fukheikha es la fosa común más grande encontrada desde que el ISIS llegó a Raqqa en 2014”, ha informado Mohammad.
Se sospecha que los extranjeros ejecutados por el ISIS puedan estar en Raqqa
El supervisor de los trabajos Turki al-Ali, ha explicado que se piensa que en la fosa común Al-Fukheikha pueda haber también presos extranjeros que estaban en manos del ISIS.
“Hemos escuchado testimonios de los residentes que solían ver a personas vestidas de naranja”, en referencia a la vestimenta que el ISIS reservaba para los presos que serían decapitados.
El periodista estadounidense, James Foley llevaba un traje de ese color cuando fue ejecutado, y los analistas creen que las imágenes de su ejecución indican que posiblemente su ejecución tuvo lugar en Raqqa o en sus alrededores.
Otra cautiva de los EEUU, Kayla Mueller, también habría sido asesinada en Raqqa. Sus cuerpos nunca fueron recuperados.
“Estas fosas comunes tienen respuestas sobre las personas que han sido ejecutadas por el ISIS, que murieron en ataques aéreos de la coalición o que están desaparecidos”, ha informado Sara Kayyali de la organización Human Rights Watch.
Ahora que termina la batalla contra el ISIS como fuerza terrestre, queda mucho por hacer según ha declarado Kayyali a la agencia AFP.
“No importa como de insistentemente tratemos de negarlo, el trabajo contra el ISIS no ha acabado. Probablemente, la parte más dura esté comenzando ahora”.