El 19 de noviembre de 2022, el régimen turco comenzó sus bombardeos aéreos contra objetivos civiles, incluidas escuelas y hospitales en Kobane y sus alrededores. Entre los pueblos atacados se encuentra Beluniye, en Shehba, al suroeste de Kobane, que ahora está poblada por kurdos y kurdas desplazados de Afrin.

El Colectivo de Solidaridad Kurda ha expresado su “indignación por la matanza indiscriminada de civiles y el bombardeo de infraestructuras críticas en Irak y Rojava”, y ha añadido que estos bombardeos forman parte de la continua violación del derecho internacional por parte de Turquía, que incluye el uso de armas químicas prohibidas”.

El grupo ha hecho un llamamiento “a la ONU, la UE y todos los aliados internacionales del pueblo kurdo para que denuncien los actuales ataques contra el pueblo kurdo”.

El comunicado también añade que “los movimientos kurdos han negado explícitamente cualquier implicación en el ataque de Estambul. Está claro que la última embestida militar forma parte del cínico intento de Erdogan de desviar la atención de sus políticas fracasadas y del colapso de la economía turca. Con su popularidad bajo mínimos, el AKP de Erdogan y sus aliados del MHP han recurrido a sus habituales campañas de trucos sucios para acusar falsamente sin pruebas”.