El FMI suspende la entrega acordada de 5.400 millones de dólares a Argentina

El presidente en funciones, Lipton, ha afirmado que Argentina tendrá que esperar un poco antes de recibir el dinero.

El comentario de Lipton es una referencia directa a la transferencia, que debería haberse hecho a Argentina, el 15 de septiembre, de 5.400 millones de dólares, como parte del acuerdo por el cual el FMI concedió un préstamo de 56.000 millones de dólares al país sudamericano.

Lipton terminará su mandato el 1 de octubre, cuando la nueva presidenta electa, la búlgara Kristalina Georgieva, ocupe el lugar de la francesa Chistine Lagarde. De hecho, fue Lagarde quien gestionó el acuerdo con Argentina.

Lipton dijo en sus declaraciones que el tema se volverá a discutir el 14 de octubre, es decir, dos semanas antes de las elecciones generales en Argentina, donde todos los observadores y especialistas pronostican una victoria holgada de la coalición opositora, el Frente de Todos.

La excusa del cambio de los altos ejecutivos del FMI no oculta la desconfianza de la organización financiera ante el previsible triunfo del Frente para Todos y de sus políticas económicas.  Lipton señaló que "la situación argentina es extremadamente compleja".

De hecho, la victoria del dúo del Frente de Todos, Alberto Fernández en la presidencia y Cristina Fernández como vicepresidenta no sería una buena noticia para el FMI y sus objetivos de imponer sus recetas neoliberales.

Cristina Fernández y su esposo Néstor Kirchner lograron reducir la deuda externa argentina a niveles históricamente bajos durante sus más de 15 años de gobierno.

También lograron sacar a la Argentina de la órbita del FMI, y fueron protagonistas de una intensa dinámica de integración y cooperación regional. Arturo Fernández, ahora candidato a la presidencia, fue ministro y persona de confianza de Néstor Kirchner.

Las políticas neoliberales del actual presidente, Mauricio Macri, inspiradas en el FMI, han llevado al país a una profunda crisis económica y social, con un notable aumento del desempleo, el trabajo precario, la reducción de las pensiones y la cobertura social, el crecimiento de la desnutrición crónica, y sólo han beneficiado al gran sector agroexportador y a los grandes especuladores financieros.

En los últimos meses, la economía argentina ha mostrado signos alarmantes de una crisis financiera cercana, con una constante devaluación del peso nacional, una enorme fuga de capitales acompañada de una rápida caída de las reservas de divisas y una espiral de especulación interna de precios e inflación.

Todos los economistas y analistas advierten que Argentina no podrá hacer frente a los pagos de la voluminosa deuda acumulada por el Gobierno de Mauricio Macri, que ya asciende al 90% del PIB.