Las autoridades iraquíes han exhumado 123 cuerpos de una fosa común perteneciente al llamado Estado Islámico (ISIS) en la aldea de al-Humaydat en el distrito occidental iraquí de Mosul. La fosa común se encuentra cerca de la prisión de Badoush. El ISIS masacró a más de 600 personas presas, en su mayoría musulmanes chiítas, en 2014. Se han tomado muestras de ADN de los cuerpos, que luego se comparan con muestras tomadas de familiares de los presos asesinados.

El ISIS irrumpió en la prisión y seleccionó principalmente a chiitas de entre 3.000 prisioneros. Los prisioneros sunitas fueron liberados en su mayor parte. Los presos señalados como chiítas fueron arrojados a un barranco y ejecutados allí uno a uno por disparos. Un sobreviviente le dijo a Human Rights Watch: "Comenzó con alguien que decía: 'Todos levanten la mano y digan su número'. Yo era el número 43. Les escuché decir '615', y luego un tipo del ISIS dijo: 'Vamos a tener una buena cena esta noche'. Un hombre detrás de nosotros preguntó: '¿Están listos, chicos?' Otra persona respondió 'Sí' y empezó a dispararnos con una ametralladora. Luego todos empezaron a dispararnos desde atrás". Los que lograron sobrevivir rodaron inmediatamente por el barranco y se escondieron entre los cuerpos. Después de eso, los miembros del ISIS dispararon al barranco,  

Hasta ahora se han descubierto más de 200 fosas comunes que contienen los restos de unas 12.000 personas en Irak y el sur de Kurdistán (norte de Irak). Las Naciones Unidas ven evidencia clara para la clasificación de los actos del ISIS como genocidio.