El Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, cuyo acrónimo es GUE-NGL recuerda que "Turquía emitió órdenes de detención contra 82 miembros del partido de la oposición HDP, incluido el co-alcalde de la ciudad de Kars y ex miembros del parlamento y líderes del partido". Los miembros de la plataforma del "movimiento de los sin nombre" también se encontraban entre los detenidos, mientras que la portavoz del "Partido para la Libertad Social", Perihan Koca, fue detenida como parte de un juicio aparte".

El GUE/NGL pide "al gobierno de Turquía que ponga fin inmediatamente a la represión contra la oposición democrática y que libere a los presos políticos".

La justificación de las detenciones, según la declaración, "va más allá de lo grotesco". El poder judicial turco les ha acusado de ser responsables de las manifestaciones de octubre de 2014, que fueron violentamente reprimidas y en las que varias personas murieron a manos de las fuerzas de seguridad turcas. Estas manifestaciones tuvieron lugar en solidaridad con el pueblo de Kobane, en el norte de Siria, que en ese momento estaba sitiado por el ISIS".

La declaración añade: "Estos arrestos no pueden justificarse bajo el estado de derecho o incluso arbitrarios, sino que tienen motivos políticos. El régimen de Erdogan intenta criminalizar el HDP y dividir la oposición democrática en Turquía. Esto sucede mientras la situación económica de Turquía ha dado lugar a la miseria en el país.

La pobreza y el desempleo aumentan rápidamente, la lira turca está en caída libre y las reservas de divisas del país se han agotado. Mientras que la coalición entre el Islam político (representado por el AKP y Erdogan) y el nacionalismo de extrema derecha (representado por el MHP) está perdiendo cada vez más votantes, se está ampliando la posibilidad de formar una amplia alianza de partidos. El HDP tiene un importante papel que desempeñar para inclinar la balanza. Para evitar que esto ocurra y para mantener el poder, Erdogan necesita una atmósfera política en Turquía en la que se deslegitime cualquier tipo de cooperación política con el HDP".

El GUE/NGL continuó: "Estamos muy preocupados por este desarrollo. Este paso políticamente calculado indica que el alcance de la represión contra la oposición democrática en Turquía aumentará gradualmente. La Comisión Europea no debe ver la voluntad de Erdogan de negociar sobre la crisis en el Mediterráneo Oriental, que acogemos con satisfacción, como una distracción de la creciente represión en Turquía. El camino de la intimidación y la represión de la oposición civil y democrática no resolverá los problemas sociales y económicos de Turquía, sino que los empeorará".