El miércoles por la noche, el guerrillero Yakup Salgın (Ferhat) fue enterrado en el distrito de Artuklu, provincia de Mardin. Salgın cayó mártir en un ataque aéreo turco en las cercanías de Nusaybin el 30 de marzo. Los restos del guerrillero fueron entregados a su familia tras los resultados de un examen de ADN. Salgın tuvo que ser exhumado porque ya había sido enterrado en una tumba anónima en el cementerio para personas sin familiares. La policía utilizó vehículos blindados para rastrear el coche fúnebre, que la familia había alquilado de forma privada, y acordonó completamente el cementerio incluso antes del entierro. A muchos miembros de la familia se les impidió asistir. La policía también impidió la oración para los muertos, al negarle a un imám el acceso a los terrenos del cementerio.

Esta es una de las formas en que el estado turco utiliza los cuerpos de los guerrilleros caídos como medio de guerra psicológica. Las tumbas son objeto de vandalismo repetidas veces y los cuerpos de los combatientes caídos son maltratados o mutilados.