La asociación afirmó que siete presos, la mayoría de ellos condenados a muerte por asesinato, fueron ejecutados en la prisión de Ghezel Hesar el 1 de noviembre. La asociación había informado previamente de la ejecución de otros dos hombres, entre ellos un ciudadano afgano, en la prisión ese mismo día. A falta de dos meses para que finalice 2023, el número de ejecuciones anuales registradas ha superado las 600 por primera vez desde 2016.

Subrayando el hecho de que más de 600 ejecuciones en los 10 primeros meses no tiene precedentes en los últimos ocho años, Irán Derechos Humanos instó a la comunidad internacional a condenar las ejecuciones arbitrarias llevadas a cabo por la República Islámica en los términos más enérgicos posibles.