El Tribunal Supremo de Irán ha anulado la condena a muerte impuesta a la activista iraní de derechos humanos Sharifeh Mohammadi, según su abogado. El caso contra la activista de 45 años debe reexaminarse en un nuevo juicio, declaró el abogado Amir Raesian al diario «Shargh».
Mohammadi fue detenida en Rasht, en el norte del país, en diciembre del año pasado, y desde entonces ha estado recluida en varias prisiones. En julio, un tribunal revolucionario la condenó a muerte por «rebelión armada contra el Estado» (baghi). La familia de Mohammadi contrató entonces a un nuevo equipo de abogados para forzar una apelación.
Según Amnistía Internacional, la condena a muerte de Mohammadi se basó en su compromiso con los derechos de las mujeres y los trabajadores y con la abolición de la pena de muerte, así como en su anterior pertenencia a la organización sindical «Komiteye-Hamahangi».
Según la organización, la activista también fue torturada y maltratada repetidamente bajo custodia para obligarla a «confesar». Actualmente se encuentra en el centro de detención de Lakan, en la provincia de Gilan, a orillas del mar Caspio.