En su declaración sobre el aumento de los ataques racistas contra los kurdos, la sección Amed de la IHD llamó la atención sobre los ataques en Konya, Adıyaman y Ankara.
La declaración decía: "Estos ataques son crímenes de odio que ponen en peligro la vida de los ciudadanos kurdos y apuntan a la identidad kurda".
La declaración también recordó a Kadir Sakçı, que murió como resultado de un ataque racista el 16 de diciembre de 2018 en Sakarya por hablar kurdo, y a su hijo Burhan Sakçı, que resultó gravemente herido en el mismo ataque.
Afirmando que Şirin Tosun perdió la vida como resultado de otro ataque racista en Sakarya, la Rama Amed de IHD condenó la política de impunidad.
Recordando que se dictó una decisión de no enjuiciamiento contra los responsables de atacar a una familia kurda de Mardin que trabajaba como obreros agrícolas, la IHD dijo: "El mes pasado fuimos testigos del asesinato de Deniz Poyraz en la Organización Provincial del HDP de Izmir. Vemos que los ataques continúan y son producto de la difusión de un discurso discriminatorio y marginador, así como del ambiente de impunidad."
Según el comunicado, 7 personas, entre ellas 3 niños sirios, murieron en 14 ataques racistas registrados por el DHI en 2020.
El comunicado añade: "Al menos 32 personas resultaron heridas. Hemos registrado 15 personas muertas y 1097 heridas en 280 ataques racistas desde 2010. Los datos sobre delitos de odio son claramente superiores a los que dispone el IHD. Los funcionarios y los políticos de todos los niveles deben dejar de utilizar el discurso del odio. Creemos que los delitos de odio no acabarán en Turquía si continúa este lenguaje discriminatorio, marginador y polarizador."