La Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia (UNMC) ha reconocido que las prolongadas protestas expresan un malestar social sin precedentes en el país sudamericano.
“Los acontecimientos suscitaron una grave preocupación nacional e internacional, junto con llamamientos a la no violencia, al respeto de los derechos humanos y a la resolución de las diferencias mediante el diálogo pacífico”, informa la UNMC al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, esta semana.
“El 28 de abril se llevó a cabo un paro nacional acompañado de manifestaciones generalizadas, concentradas principalmente en entornos urbanos, con el apoyo de varios actores de la sociedad civil como sindicatos, estudiantes, campesinos, organizaciones de mujeres, indígenas y afrocolombianas. Las protestas también contaron con un nivel de participación sin precedentes de los jóvenes”, añade la UNMC.
Analizando los hechos ocurridos entre el 27 de marzo y el 25 de junio, la misión de la ONU constata que 54 civiles murieron a causa de la represión del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD). Desde que comenzó el Paro Nacional el 28 de abril, la violencia paramilitar también ha aumentado.
Durante el último trimestre, la violencia imperante en Colombia también ha obligado al desplazamiento de personas en 25 municipios de los departamentos de Antioquia, Cauca, Caqueta, Guaviare, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo y Valle del Cauca.
Tras contabilizar 19 masacres en los últimos tres meses, el informe de la UNMC recopila información sobre el asesinato de 49 líderes de derechos humanos y 16 ex combatientes que firmaron el Acuerdo de Paz de 2016. Toda esta información será presentada al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) el 13 de julio.
El informe de la UNMC destaca que la implementación del Acuerdo de Paz sigue presentando importantes deficiencias, entre ellas la incapacidad del Estado colombiano para garantizar medios de vida adecuados a quienes abandonaron la lucha armada.