El jueves, durante una videoconferencia de los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, se discutió el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, negociado por Rusia, y las consecuencias del conflicto. Si bien la UE acogió con satisfacción el cese de las hostilidades en Nagorno-Karabaj, también condenó la participación de fuerzas extranjeras y pidió que se investigaran los crímenes de guerra que pudieran haberse cometido durante el conflicto.

"La Unión Europea insta a todos los actores regionales a que se abstengan de cualquier acción o discurso que pueda poner en peligro el alto el fuego y también pide la retirada completa y rápida de todos los combatientes extranjeros de la región", dijo el responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell, según AFP.

El apoyo militar de Turquía a Azerbaiyán y la intervención de los combatientes extranjeros fueron "decisivos", dijo uno de los participantes a AFP. Por otra parte, se discutirá el papel de Turquía, país miembro de la OTAN, en la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de los países de la alianza militar, los días 1 y 2 de diciembre, añadió.

El acuerdo de paz permite a Azerbaiyán recuperar grandes extensiones del territorio de Nagorno-Karabakh bajo control armenio desde la primera guerra, que estalló a principios de los años 90. En su declaración, Josep Borrell denunció el uso de "municiones de racimo y armas incendiarias" durante este conflicto y pidió que se investigaran "todos los crímenes de guerra que pudieran haberse cometido".

También subrayó la "importancia de preservar y restaurar el patrimonio cultural y religioso de Nagorno-Karabaj y sus alrededores". Josep Borrell exhortó a todas las partes a que cumplieran estrictamente el alto el fuego para evitar más pérdidas de vidas y dijo que "vigilaría de cerca la aplicación de las disposiciones del alto el fuego, en particular en lo que respecta a su mecanismo de vigilancia". Concluyó: " El cese de las hostilidades es sólo el primer paso para poner fin a un conflicto de larga data".