El Ministerio del Interior turco ha usurpado la voluntad del pueblo una vez más y ha designado a fideicomisarios para el municipio metropolitano de Mardin (Mêrdîn) y los municipios de Batman (Êlih) y Halfeti (Xelfetî). Las tres municipalidades estaban gobernadas legítimamente por el Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM), que ganó las elecciones del 31 de marzo de 2024.
Desde el Euskadi, el sindicato LAB ha denunciado este nuevo golpe político. Desde el Departamento de Relaciones Internas del sindicato vasco han emitido un comunicado condenando la «gravísima violación de los derechos civiles y políticos de la población kurda» y solidarizándose con el pueblo kurdo y su derecho a la autodeterminación:
Es hora de que la comunidad internacional se implique con todas las herramientas a su alcance para impulsar una resolución democrática para la cuestión kurda.
«Durante esta madrugada los ayuntamientos han sido bloqueados por la policía en las tres localidades kurdas y el gobierno turco ha sustituido los gobiernos locales por unas gestoras. Se trata de una gravísima violación de los derechos civiles y políticos de la población kurda, a pesar de que por desgracia no es la primera vez que ocurre una situación parecida.
En el País Vasco hemos conocido en primera persona la negación del derecho a la participación política, y durante años, las ilegalizaciones de organizaciones políticas, candidaturas electorales y la persecución de quien se enfrentaba a las ilegalizaciones fue una constante.
Es totalmente inaceptable que violaciones de los derechos fundamentales como estos se sigan produciendo, pero la impunidad que tiene un país como Turquia, potencia regional y miembro de la OTAN, es total. Es la doble vara de medir occidente que denuncia un supuesto fraude en Venezuela pero mira para otro lado ante semejante atropello. Como hemos denunciado tantas veces, la postura de occidente no tiene nada que ver con la supuesta defensa de la democracia sino con la defensa de los intereses del capital.
Por todo ello, desde el sindicato LAB del País Vasco, denunciamos lo que está pasando en el Kurdistan y exigimos a Turquía que respete la voluntad popular del pueblo Kurdo. Es hora de que la comunidad internacional se implique con todas las herramientas a su alcance para impulsar una resolución democrática para la cuestión kurda, empando por el reconocimiento del derecho de autodeterminación del Kurdistán y por el respeto a sus derechos nacionales.»
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