Los planes de Erdoğan a través de su nuevo gabinete
Con ocasión del centenario de la República, Turquía acaba de ser testigo de unas elecciones históricas en las que se han utilizado todos los métodos antidemocráticos.
Con ocasión del centenario de la República, Turquía acaba de ser testigo de unas elecciones históricas en las que se han utilizado todos los métodos antidemocráticos.
En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el presidente del AKP, Recep Tayyip Erdoğan, que apenas puede valerse por sí mismo, pero que utilizó todos los medios del Estado durante la campaña electoral, fue reelegido presidente. No digo «ganó», porque si estas elecciones se hubieran celebrado sin fraude y en condiciones justas, el gobierno de Erdoğan probablemente no habría podido superar el 40%.
Erdoğan y su equipo, que han insistido con frecuencia en la importancia que para ellos tiene 2023 desde que llegó al poder en 2002, han puesto en práctica una cadena de ilegalidades durante el proceso electoral. Erdoğan y sus aliados cometieron numerosos delitos que van desde la publicación de vídeos falsos de su rival Kemal Kılıçdaroğlu, alterados mediante edición, hasta la detención de candidatos parlamentarios del HDP, la emisión de programas conjuntos en todos los canales de televisión al mismo tiempo o el apedreamiento de candidatos en mítines de la oposición. El ministro del Interior, Süleyman Soylu, trabajó como candidato parlamentario del AKP para conseguirlo.
Al pronunciar sermones en las mezquitas, Erdoğan ha convertido claramente estas elecciones en una polarización entre un régimen dictado por islamistas políticos y una oposición que exige un sistema democrático. Así que les dejo a ustedes que decidan si han sido unas elecciones verdaderamente democráticas. De hecho, el Índice de Democracia de The Economist dio la respuesta a esta pregunta. Según este estudio, Turquía ocupa el puesto 104 de 167 países.
El país atraviesa una grave crisis económica y, sin embargo, se arriesga al «reconocimiento oficial» del islam político. Está claro que la crisis económica no es la principal prioridad de los partidarios ni de los oponentes de Erdoğan. Unos luchan por la sharia, otros por la protección de los derechos y libertades más fundamentales, dentro del marco constitucional.
Haga lo que haga, el gobierno del AKP, que representa un gran peligro, sobre todo para los niños, las mujeres y los jóvenes, es incapaz de intimidar totalmente a la oposición. Según las cifras oficiales, la mitad del país no quiere a Erdoğan. Consciente de que se enfrenta a este mismo peligro, Erdoğan ha invertido inmediatamente en las próximas elecciones locales, que se celebrarán en los primeros meses de 2024.
En un intento de crear un ambiente más positivo, parece que Erdoğan y su equipo seguirán jugando a dos bandas hasta cruzar el vado. Sin embargo, ¡hay que subrayar que el vado no está tan lejos!
El presidente Erdoğan anunció su «nuevo gabinete» en la noche del 3 de mayo. Recordemos que se trata de un gabinete sin primer ministro, en virtud de la nueva Constitución y del presidencialismo.
Podría decirse que el indicador más flagrante de los esfuerzos de Erdoğan por crear un ambiente positivo es el nuevo ministro de Economía. Erdoğan ha tenido que aceptar el hecho de que durante mucho tiempo la economía del país se ha ido deteriorando, día tras día, mientras que las decisiones monetarias y financieras dependían enteramente de él. Por ello, nombró a Mehmet Şimşek ministro de Hacienda y Finanzas. Es de esperar que Mehmet Şimşek, considerado en política exterior como «favorable al mercado», cambie gradualmente las políticas económicas aplicadas en los dos últimos años, volviendo a políticas económicas más ortodoxas. Si se tienen en cuenta los intereses de Erdoğan y su entorno, no es difícil ver que la única solución para la recuperación económica es el fin temporal de este gobierno.
También cabe destacar que Erdoğan no ha incluido en el nuevo gabinete a Süleyman Soylu, ex ministro del Interior, que ha estado constantemente al acecho de provocaciones, cometiendo todo tipo de actos ilegales contra la oposición y comportándose casi como un jefe mafioso.
Y sin embargo, ¿es el recién nombrado ministro turco del Interior, Ali Yerlikaya, una blanca paloma? No. Desgraciadamente, se le puede describir como un «escudo para Daesh». En 1993, Ali Yerlikaya fue nombrado gobernador del distrito Felahiye de Kayseri. En 2003, fue asesor jurídico del Ministerio del Interior y, en 2004, asumió el cargo de Director General de Personal del Ministerio de Sanidad. En 2007, fue nombrado gobernador de Şırnak y, posteriormente, gobernador de Ağrı y Tekirdağ, respectivamente. Ali Yerlikaya también fue gobernador de Antep (Gaziantep) entre 2015 y 2018, estuvo en el centro de las críticas, debido a los sucesos ocurridos en Antep, cuando la ciudad se convirtió en el cuartel general auxiliar de Daesh y epicentro de sus atentados planificados. El mismo Ali Yerlikaya también ocupaba el cargo de gobernador de Diyarbakır, cuando se cometieron los atentados de Daesh, en Diyarbakır el 5 de junio de 2015, en Suruç el 20 de julio de 2015, en la estación de tren de Ankara el 10 de octubre de 2015, sin olvidar la explosión de una bomba en medio de una boda en Gaziantep el 20 de agosto de 2016.
Un partidario leal está siendo marginado y probablemente será utilizado para otras tareas con el fin de encontrar a alguien que haya prestado servicios y sea compatible y cercano a los aliados islamistas nacionalistas radicales.
¿Otra elección a tener en cuenta en este nuevo gabinete? Por supuesto, Mahinur Özdemir Göktaş, Ministra de Familia y Servicios Sociales, que es la única mujer en el gabinete de 19 miembros. Se puede decir que este gabinete muestra claramente la continua política discriminatoria del AKP hacia las mujeres. Como sabemos, las mujeres no han abandonado las calles, ni un solo día, a pesar de las políticas opresivas cada vez más duras aplicadas desde 2016. La enemistad de Erdoğan hacia las mujeres es inmensa, pero las mujeres no se rinden.
Otro punto digno de mención es el nombramiento de Hakan Fidan como ministro de Asuntos Exteriores, descrito por Erdoğan como su «caja de secretos», oscuro jefe de la Organización Nacional de Inteligencia (MIT) durante 13 años, que nunca se ha presentado a unas elecciones ni ha sido nombrado para ningún ministerio hasta la fecha. La diplomacia turca seguirá dependiendo cada vez más de estas «redes» ocultas.
El nuevo Ministro de Educación Nacional de Turquía es Yusuf Tekin. Con 12 años de experiencia como burócrata, Yusuf Tekin declara, por supuesto, tal y como quiere el islam político, que no cree que el sistema educativo mixto sea una obligación. En el Simposio de Escuelas Secundarias Religiosas Imam Hatip, al que asistió en 2013, Tekin dijo: «En la década de 1930 se jugó con el lenguaje de las fuentes religiosas de referencia y se convirtió a estas instituciones en un instrumento político.»
Pero, ¿cuál será la nueva política de Erdoğan hacia los kurdos?
De hecho, está muy claro: Erdoğan, al incluir en su alianza HÜDA-PAR al «Partido de la Causa Libre», alias el «Partido de Dios», brazo jurídico y político de la organización terrorista turca Hezbolá, y al asignar 4 cuotas parlamentarias a este partido islamista de extrema derecha, que no tiene electorado real, ha revelado su nueva política hacia los kurdos. Equivale a «hacer que los kurdos golpeen a los kurdos». El nuevo plan de Erdoğan consiste en tratar a los kurdos como parte de su política de islam político. La presencia de 4 kurdos en su gabinete y la invitación anticipada a Nechirvan Barzani, seguida de una reunión el 17 de mayo, también forman parte de este plan.
Por último, aunque ha disminuido la voz de la política democrática kurda, que participó en las elecciones bajo la espada de todos los aparatos represivos del Estado, no sería exagerado decir que la salvación de los pueblos de Turquía depende del paradigma de la democracia ecológica, la liberación de la mujer y el Movimiento por la Libertad kurdo.
Artículo originalmente publicado en Kedistan y traducido por Rojava Azadî Madrid.