Ayer Chile votó un histórico plebiscito para una nueva constitución, que por la positiva ganó con más del 78%, un camino que nació al calor de los levantamientos populares hace un año atrás. Un levantamiento que muchos quisieron señalar que era sólo por el aumento del boleto del transporte público en $30 pero ese reclamo fue el fuego que prendió la mecha de un pueblo cansado, que tiene la brecha más grande en el mundo en esperanza de vida entre ricos y pobres, y un modelo neoliberal que hace estragos a diario.
Chile despertó y salió a tomar las calles contra el sistema neoliberal que lo carcome desde hace décadas, como contraparte el gobierno de Sebastian Piñera desató una brutal represión que dejó un saldo de más de 300 muertos, 1500 personas con ojos mutilados, jóvenes arrojados de un puente, camiones hidrantes tirando personas en silla de ruedas, mas 6000 denuncias de violaciones a derechos humanos, una escalada de denuncias de mujeres violadas y torturadas, las que sobrevivieron, durante las detenciones en las comisarías, y miles de presos políticos.
Según datos oficiales del Servicio Electoral de Chile, con más del 90% de las mesas escrutadas la aprobación por una nueva constitución, un proceso que empieza ahora pero que culminará en 2022, obtuvo el 78,24%. Este resultado inicia el proceso para reemplazar la constitución chilena de 1980, promulgada en plena dictadura de Augusto Pinochet, pero además la redacción será realizada por una Convención Constitucional, formada por 155 ciudadanos, que serán elegidos en abril de 2021. La Convención deberá tener paridad de género y cuota para pueblos originarios, un logro histórico para el país.
Un dato sobresaliente es la cantidad de personas que votaron: más de 9 millones de personas, alrededor del 65% de los votantes activos, siendo que en la última votación solo el 49% de los chilenos fue a las urnas, en las elecciones presidenciales de 2017.
El apoyo popular al resultado no se hizo esperar y ya en la tarde de ayer en todo el país se realizaron manifestaciones masivas, como en la plaza Dignidad en Santiago de Chile, con banderas con la consigna “Borrar tu legado será nuestro legado”, “Renacer”, “No es depresión, es capitalismo”, y la consigna naciente de este movimiento ¡No son 30 pesos, son 30 años!, en referencia al neoliberalismo depredador que ha acabado con el pueblo trabajador chileno.
En la manifestación la gente llevó mascarilla, guardaron los recaudos sanitarios que exige la pandemia, la distancia física, portar el carnet de identidad, un lápiz de pasta azul, alcohol gel y agua, ya que además del brutal saldo que dejó la represión que aún sucede en Chile por orden del presidente, los número por la pandemia de coronavirus y la gestión sanitaria de la crisis.