Peligro de nubes de polvo en Hatay

Grandes nubes de polvo se forman durante la retirada de escombros en Hatay, una de las ciudades afectadas por el terremoto del pasado 6 de febrero. La activista climática Melis Tantan advierte de los daños para la salud y critica la falta de planificación

Grandes nubes de polvo se forman durante la retirada de escombros en Hatay, una de las ciudades afectadas por el terremoto del pasado 6 de febrero. Los escombros se depositan en los lechos de los arroyos. La activista climática Melis Tantan advierte de los daños para la salud y critica la falta de planificación del Estado.

Un mes después de la catástrofe sísmica en la zona fronteriza turco-siria, los habitantes de la región afectada se enfrentan a nuevos problemas sanitarios y de otro tipo debido a la retirada de escombros. En Hatay, los trabajos de limpieza comenzaron veinte días después del terremoto. El Estado turco hace caso omiso de las recomendaciones de las organizaciones sanitarias, que han señalado en repetidas ocasiones posibles problemas de salud durante la retirada de escombros. Como no se tomaron precauciones de seguridad y se actuó de forma desordenada, los pueblos están envueltos en una nube de polvo.

Melis Tantan, de la Oficina de Coordinación para el Clima y la Justicia, advirtió de que las nubes de polvo causarán daños permanentes a la salud. "Esta falta de planificación es en realidad un crimen. Es un crimen que afecta a la salud de la población y de todos los seres vivos. Durante las operaciones de desescombro, debe haber zonas designadas para depositar los escombros. Los lugares a los que se llevan los escombros son en realidad escenas del crimen".

Falta de planificación en todas las fases

Tantan señaló que la política del gobierno era empezar las obras de demolición lo antes posible y define el proceso de la siguiente manera: "La urgencia por retirar los escombros lo antes posible está causando un gran número de problemas. Esta falta de planificación comenzó antes del terremoto, continuó después con las labores de rescate y atención a las víctimas del seísmo, y continúa ahora durante las operaciones de desescombro. La falta de planificación continuará también durante la reconstrucción. Hay una cadena de irregularidades. Falta planificación en todas las fases".

Las consecuencias durarán generaciones

Según Tantan, la falta de planificación plantea un problema de salud pública: "Se debería haber consultado a organizaciones ecologistas, expertos en eliminación de amianto, organizaciones no gubernamentales y organizaciones sindicales y profesionales, pero no se hizo. El amianto es peligroso y afecta a generaciones. No se ve en el polvo, es como una enfermedad oculta. Las consecuencias sólo se hacen patentes años después. Los médicos también hablan de riesgo de cáncer, y quién sabe lo que estamos respirando aquí. No sólo hay amianto, porque también se han liberado otras sustancias tóxicas. Todas las personas que viven aquí y los voluntarios que han estado aquí desde el terremoto corren el riesgo de sufrir problemas de salud.