Ali al-Hamdan (de solo 17 años según indicaron varios medios) iba a su trabajo, un estudio textil en el distrito de Seyhan de la provincia de Adana el lunes, justo después de su hora de almuerzo, cuando huyó de un control policial, según los residentes. El policía le disparó por la espalda directo al corazón.

En Turquía, como parte de las medidas para contener el coronavirus, se mantiene el toque de queda para las personas menores de 20 años y mayores de 65 años, y para las personas con enfermedades crónicas. Los trabajadores jóvenes y los trabajadores temporarios en la agricultura están oficialmente exentos de las restricciones. Ali al-Hamdan trabaja a tiempo parcial en la tienda de costura para mantener económicamente a su familia.

Los familiares del refugiado asesinado hablaron con el periódico Evrensel y expresaron que "Probablemente tenía miedo de ser castigado, por lo que huyó".

Ayer, agencias cercanas al gobierno informaron inicialmente que un joven en Adana había recibido un disparo "accidental" en la pierna. Solo cuando el video apareció en las redes sociales por la noche, los medios de comunicación turcos tuvieron que cambiar el tono de la noticia. En las grabaciones de un residente que filmó al equipo de rescate médico con su teléfono móvil durante los esfuerzos de reanimación, se puede escuchar una voz femenina en el fondo que dice: "El policía corrió tras el niño. No se detuvo, por lo que le disparó en el corazón."

Mientras tanto, Mahmut Demirtaş, el gobernador de Adana, también se presentó y anunció que el policía que le disparó a Ali al-Hamdan fue suspendido. Sin embargo, el gobernador habló de un "trágico accidente". Ali al-Hamdan fue enterrado en Adana hoy.