Después de que EE. UU. pidió un regreso a la mesa de negociaciones por la crisis de Ucrania, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, declaró que querían "diálogo, no conflicto".
“Hemos elegido la ruta de la diplomacia durante décadas”, aseguró Lavrov en un comunicado y agregó, en una entrevista transmitida por estaciones de radio y televisión rusas: "Necesitamos trabajar con todos". "Si dependiera de Rusia, no habría guerra", sentenció.
"Las negociaciones con Occidente sobre las garantías de seguridad aún están en curso y no permitiremos que nadie ignore nuestros intereses”, advirtió el ministro.
Aunque se mantuvo abierta la puerta a la discusión entre Estados Unidos y Rusia, ésta última respondió este jueves al rechazo estadounidense a la petición de Moscú de "garantías de seguridad" en el conflicto de Ucrania.
Estados Unidos está presionando a Rusia a través del proyecto de gas Nord Stream 2. "Si Rusia invade Ucrania de alguna manera, Nord Stream 2 no procederá", explicó Victoria Nuland, funcionaria del Departamento de Estado de EE. UU.
El gasoducto en cuestión conecta Rusia con Alemania a través del Mar Báltico, triplicando su capacidad de tránsito de gas. El proyecto se ha completado pero aún no se ha puesto en funcionamiento.
Estados Unidos también solicitó que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reúna públicamente el lunes.
Mientras tanto, el presidente francés, Emmanuel Macron, hablará por teléfono con el presidente ruso, Vladimir Putin. “Ya sea conflicto o diálogo, Vladimir Putin lo dirá”, indicó Macron.
"Ahora depende de Putin", agregó a RTL el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian. “La situación es bastante peligrosa”, detalló Le Drian, quien señaló que no debe ocultarse y que existe el riesgo de que Moscú pueda invadir Ucrania.
Aproximadamente 100.000 soldados rusos están actualmente estacionados en la frontera con Ucrania. Rusia desestima los cargos de invasión, alegando que está amenazada por la expansión de la OTAN. El gobierno ruso quiere que la organización internacional cese oficialmente la ampliación, principalmente a Ucrania, y que devuelva las tropas occidentales a las fronteras que ocuparon en 1997. EE.UU. y la OTAN, por otro lado, han rechazado la petición de Moscú.