Las autoridades turcas señalan que es Afrin, al norte de Siria, desde donde partió la orden para cometer el atentado del domingo pasado, en Estambul, por el cual murieron seis personas y más de 80 resultaron heridas.

El fin de semana, la brigada Sultan Murad, respaldada por Ankara, secuestró a desplazados internos en Afrin. Los milicianos exigieron un rescate para liberar a los secuestrados y robaron automóviles de otros civiles, informó Afrin Post.

En tanto, los milicianos de Jaish al-Sharqiya alquilan las tierras que confiscaron a los aldeanos en Julbur, señaló el mismo medio de comunicación.

A su vez, las fuerzas turcas habían bombardeado los alrededores de tres aldeas en Afrin la semana anterior.

Diferentes facciones dentro de Ahrar al-Sham, grupo también respaldado por Turquía, se enfrentaron desde el 10 de noviembre en la ciudad contra quienes apoyan a Hayat Tahrir al-Sham (HTS), la rama de Al Qaeda en Siria, informó Al-Monitor.

“Afrin fue testigo, el 11 de noviembre, de protestas populares contra la presencia de HTS en la ciudad, pidiendo a sus combatientes que se retiraran de la zona. HTS está acusado de alimentar la disputa interna dentro de Ahrar al-Sham, mientras brinda apoyo militar a algunos grupos de Ahrar al-Sham contra aquellos a los que etiqueta como golpistas”, escribió Khaled al-Khateb para el sitio web.

HTS se ha retirado en gran medida de Afrin, casi dos semanas después de apoderarse de la ciudad del norte de Siria, reveló Middle East Eye.

El día después del ataque en Estambul, el 13 de noviembre, la agencia de noticias estatal turca Anadolu informó que la policía había arrestado a una mujer como sospechosa de cometer el atentado, llamada Ahlam Al Bashir, quien supuestamente viajó desde Afrin a Turquía.

Afrin está ocupado ilegalmente por Turquía y grupos yihadistas aliados desde principios de 2018. Durante dos meses, la aviación turca bombardeó la región que, hasta ese momento, era la más pacífica de todo Siria.

FUENTE: Medya News / Traducción: Kurdistán América Latina