A cambio de aceptar las propuestas de Suecia y Finlandia para unirse a la OTAN, Turquía exigirá que los dos países amplíen su prohibición contra el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), con el objetivo de incluir a las organizaciones kurdas en Siria como “terroristas”. A esto se suma que ambas naciones pongan fin a su embargo de armas contra Ankara, dijeron a la agencia Bloomberg tres altos funcionarios turcos , en condición de anonimato.
Además de designar a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG/YPJ), de mayoría kurda, como una organización terrorista, Turquía exige más medidas enérgicas contra los kurdos que viven en los dos países nórdicos.
Ankara afirma que hay un número significativo de simpatizantes del PKK en los dos países y exige que Estocolmo y Helsinki tomen medidas contra ellos. El PKK está oficialmente prohibido en todos los estados miembros de la OTAN y está incluido en la lista de organizaciones terroristas extranjeras de la Unión Europea (UE).
En principio, Ankara no aceptará una expansión de la OTAN a países que bloqueen sus acuerdos de armas, dijo a Bloomberg uno de los funcionarios turcos. Finlandia y Suecia restringieron las exportaciones de armas a Turquía después de la invasión de Turquía en el norte de Siria, en 2019.
Otra demanda de Turquía es que sea readmitida en el desarrollo liderado por Estados Unidos de aviones de combate furtivos de quinta generación (F-35), y se le otorgue una modernización acelerada para su antigua flota de aviones F-16.
El Pentágono retiró a Turquía del programa F-35 luego de que el gobierno de Recep Tayyip Erodgan comprara los sistemas de defensa antimisiles S-400 de Rusia, que según Washington representa una amenaza para la seguridad de la alianza atlántica. Tras las sanciones impuestas a Turquía como parte de la Ley contra los adversarios de Estados Unidos (CAATSA), estos planes de modernización también quedaron en terreno inestable.
Según el periodista kurdo-sueco Kurdo Baksi, que buscó asilo en Suecia con su familia cuando era adolescente, en 1980, el presidente turco Erdogan tiene un problema particular con Suecia.
“Cuando se prohibieron el idioma kurdo y los libros en Turquía, Suecia tenía revistas, álbumes, etc-, en idioma kurdo”, dijo Baksi.
A su vez, el periodista argumentó que Erdogan está “tratando de plantear problemas” a medida que se avecina la posibilidad de que pierda las próximas elecciones de 2023.
Solo hay 150.000 kurdos en Suecia, pero la diáspora kurda es “querida” en el país, afirmó Baksi, que agregó que hay seis miembros kurdos-suecos en el Parlamento sueco. “Quieren volver a criminalizar a los kurdos”, finalizó.
FUENTE: Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina