El ex diputado de Şırnak del Partido Democráticode los Pueblos (HDP), Faysal Sariyildiz, evalúa por qué Turquía ha caído en esta crisis política y económica, dijo que "El asunto (del pastor estadounidense) Brunson es la punta del iceberg de una crisis que ha estado creciendo durante algún tiempo y ya no es sostenible".

El político del HDP dijo a la Agencia Mesopotamia (MA), que el presidente turco, Erdoğan, "está tratando de mantenerse en el poder a través del chantaje en un sistema mundial superficial. Él ha buscado una relación con Rusia y China desde hace un tiempo. Mientras hacía eso, intentó chantajear a los EE.UU., que respondió".

Sarıyıldız agregó: "Hay una crisis derivada de la derrota de las políticas actuales de Erdoğan. El gobierno está tratando de dejar la responsabilidad en otro lugar, para no aceptar la derrota. En otras palabras, el juego que Turquía está jugando es el de culpar a la crisis de causas externas".

En el centro de la crisis está la cuestión kurda

El ex diputado explicó que en el centro de la crisis está el punto muerto en la cuestión kurda. "Erdoğan está tratando de cubrir el verdadero motivo de la crisis. Los kurdos están en el centro de la crisis. En 2016, algunas facciones del gobierno de Erdoğan acordaron declarar la guerra contra el pueblo kurdo y los círculos revolucionarios y Alevis en Turquía. Tratando de hacer esto, cometió crímenes contra la humanidad en Kurdistán. Por primera vez en la historia de la República, las ciudades de Kurdistán han sido eliminadas del mapa. El costo de estos crímenes es demasiado pesado para Turquía. Costo material y espiritual. Porque se cometieron grandes crímenes".

Recordando que el AKP llegó al poder en 2002 con apoyo de occidente, Sarıyıldız dijo: "Erdoğan intentó dar una imagen liberal del Islam. Los importantes esfuerzos del Sr. Ocalan habían aliviado en gran medida la guerra en Turquía. En ese momento, Turquía se había convertido en una atracción para el mundo entero de capitales emergente. Sin embargo, - dijo el político HDP - a pesar de todos estos acontecimientos positivos, los problemas del gobierno de Erdoğan arrastraron al país a la crisis. Erdoğan, que fue derrotado en la política exterior y la política interna, no aceptó su derrota y nuevamente se volvió contra los kurdos. Turquía se ha convertido en un campo de batalla de nuevo. Y después de ese período, los inversores comenzaron a abandonar Turquía. El flujo de dinero comenzó a desacelerarse".

Para abordar la crisis adecuadamente, dijo el político del HDP Sarıyıldız, "tenemos que volver a las raíces del problema, y esta es la cuestión kurda".