Un nuevo informe revela niveles alarmantes de daños a civiles por el uso de armas explosivas en 2024

En 2024, en ciudades y pueblos de todo el mundo, los civiles siguieron sufriendo niveles alarmantes de daño por el uso de armas explosivas.

En 2024, los civiles siguieron siendo los más afectados por los bombardeos y ataques de artillería en pueblos y ciudades de todo el mundo. En todo el mundo, las personas y la infraestructura civil resultaron dañados por armas explosivas utilizadas por actores estatales y no estatales en 74 países y territorios, según reveló un nuevo informe del Monitor de Armas Explosivas.

Según el Monitor de Armas Explosivas 2024, los continuos y fuertes bombardeos en Gaza, así como el uso extensivo de armas explosivas en el Líbano, Myanmar, Sudán, Siria, Ucrania y otros lugares, han provocado miles de muertes de civiles y las repercusiones a largo plazo de la pérdida de acceso seguro a la atención sanitaria, la educación, la ayuda y la seguridad alimentaria.

“Los civiles pagan el precio más alto cuando se utilizan armas explosivas en pueblos y ciudades pobladas. Observamos un preocupante patrón de daños causados ​​por el uso de armas explosivas en conflictos en curso que se extiende mucho más allá de la zona de ataque”, declaró Katherine Young, Gerente de Investigación y Monitoreo del Monitor de Armas Explosivas.

Las armas explosivas no solo matan y hieren a civiles, sino que también causan daños a escuelas, centros de salud, líneas eléctricas, sistemas de suministro de agua y otras infraestructuras esenciales que pueden perdurar mucho después del fin de los conflictos. Esto inflige un sufrimiento aún mayor y prolongado a las poblaciones cuyas vidas se han vuelto insoportables bajo los bombardeos, detalló el informe.

Las muertes de civiles por armas explosivas en Palestina representaron casi dos tercios de todas las registradas en el mundo en 2024, y se mantuvieron en niveles persistentemente altos tras un año de muertes y lesiones civiles sin precedentes en 2023. En el resto del mundo, las muertes de civiles por armas explosivas aumentaron en más de la mitad en comparación con el año anterior, con aumentos notables en Líbano, Myanmar, Siria y Ucrania.

El informe también comparte que los ataques con armas explosivas a la infraestructura civil y los servicios esenciales aumentaron drásticamente en 2024. El uso de armas explosivas en ataques a la atención médica aumentó un 64 por ciento con respecto al año anterior, dañando y destruyendo instalaciones de salud y ambulancias, y matando a trabajadores de la salud.

Asimismo, el uso de armas explosivas en ataques a la educación aumentó más del doble, y los ataques a la ayuda humanitaria ocurrieron casi cinco veces más frecuentemente en 2024. En contextos de conflicto en todo el mundo, el informe del Monitor de Armas Explosivas también muestra que el uso de armas explosivas tiene efectos continuos en los civiles:

En Ucrania, tres años de conflicto han devastado su sistema sanitario. Los ataques a la infraestructura eléctrica y energética del país, así como los repetidos ataques a numerosos centros de salud, han impedido el acceso a la atención médica y han puesto en peligro a los profesionales sanitarios y a los pacientes.

En Myanmar, un desplazamiento interno sin precedentes y los continuos ataques a escuelas, universidades y otras infraestructuras educativas han causado interrupciones en el aprendizaje desde la educación preescolar hasta la educación superior, lo que tiene consecuencias a largo plazo en las perspectivas laborales, los medios de vida y la salud mental.

A medida que el número de personas en Sudán que necesitaban asistencia humanitaria aumentó a casi 25 millones a fines de 2023, las agencias de ayuda redujeron sus programas y evacuaron al personal debido a la mayor inseguridad y el riesgo de daños por armas explosivas.

En Siria, las Naciones Unidas estiman que casi 15,4 millones de sirios corren un riesgo inmediato de morir o resultar heridos a causa de los restos explosivos de guerra a medida que los civiles regresan a sus ciudades, pueblos y tierras agrícolas y aumentan las muertes de civiles a causa de las minas terrestres y otras municiones sin detonar.

Dada la magnitud del daño a la población civil en 2024, el informe muestra que es crucial que los Estados reduzcan dicho daño y la infraestructura de la que dependen. Para ello, los Estados deben respaldar e implementar la Declaración Política de 2022 sobre el Fortalecimiento de la Protección de los Civiles frente a las Consecuencias Humanitarias del Uso de Armas Explosivas en Zonas Pobladas.

Este acuerdo internacional para proteger a los civiles de los efectos devastadores de las armas explosivas en zonas urbanas ha sido respaldado hasta el momento por 88 países.

“Los Estados deben negarse a normalizar el devastador impacto de las armas explosivas sobre la población civil. Al firmar la declaración política, los Estados envían un mensaje claro: no se tolerará el daño a la población civil ni la destrucción de la infraestructura que necesita para sobrevivir”, declaró Alma Taslidzan, Gerente de Promoción para el Desarme y la Protección de los Civiles en Humanity & Inclusion.