Con la liberación de los territorios orientales de Deir ez-Zor por parte de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF) y el fin de la regla territorial del ISIS, se ha enfocado en la cuestión de la "situación post-ISIS".
Según datos no oficiales, más de 11,000 miembros del ISIS anteriormente armados están en prisiones en el norte y este de Siria. Más de 72,000 miembros del ISIS de 54 países diferentes, en su mayoría mujeres y niños, se encuentran recluidos en campamentos en la región.
Dado que ninguno de los países de origen de estas personas, que vinieron de otros países y cometieron crímenes de guerra en Siria y ahora están en prisión, han respondido positivamente a las llamadas de retorno de la Administración del Noreste de Siria, hay una discusión acerca de cómo traerlos a la justicia en el territorio.
Foza Yusif, miembro de Kongreya Star Coordination de la Asociación de Mujeres, habló con ANF sobre el asunto y declaró que sería un gran error considerar al ISIS como un mero problema militar. En su opinión, la lucha debe continuar en muchos niveles. La carga del ISIS no se puede pasar a los pueblos del noreste de Siria, dice, y enfatiza que para que estas personas sean llevadas ante un tribunal internacional, las fuerzas internacionales deben estar activas, en particular las Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional.
La carga recae sobre los hombros del pueblo del noreste de Siria
"El ISIS está derrotado militarmente, pero el problema no es exclusivamente un problema militar. Como ha sido el caso hasta ahora, la lucha contra el ISIS debe continuar, no solo militarmente, sino en muchos niveles", explica Foza Yusif. "Hay una falta de claridad sobre lo que debería suceder a los miembros del ISIS que han cometido crímenes de guerra y a sus familias. Toda la carga recae, por así decirlo, en los hombros de los pueblos del noreste de Siria".
El peligro de posibles brechas de seguridad
Foza Yusif señala: "Ya hemos sido los más afectados por la lucha contra el ISIS, miles de jóvenes han sacrificado sus vidas por ello. Incluso ahora, toda la carga recae sobre nosotros. La presencia militar, es decir, la regla territorial ha terminado, pero el ISIS sigue siendo una gran amenaza para la seguridad. Todavía hay celdas durmientes. Por otro lado, estas personas están ahora en la cárcel, pero no hay un estatus oficial. Nuestra región enfrenta amenazas desde varias direcciones, especialmente el estado turco. Si hubiera una pequeña brecha de seguridad aquí, habría un gran peligro para todos ellos. Sería como una granada de mano de la que se sacó el pasador de seguridad".
La lucha común debe continuar
Foza Yusif se refiere al Camp Hol, que, según señala, es uno de los campamentos más grandes de Oriente Medio. Desde un punto de vista económico, de seguridad y logístico, la oferta del campamento supondría una gran carga para el noreste de Siria.
"Hay que encontrar una solución para los miembros encarcelados del ISIS. Esto requiere cooperación. Las Naciones Unidas, la Corte Penal Internacional y las organizaciones de la sociedad civil internacional deben trabajar juntas. Esta carga debe ser asumida por todos", afirma Foza Yusif.
No hay precedente comparable
Como no hay precedentes comparables al ISIS, es necesario un nuevo sistema legal, dice Foza Yusif: "La situación requiere un trabajo muy especial para evitar el peligro para todo el mundo. Las Naciones Unidas y otros organismos internacionales deben desempeñar un papel más activo. El ISIS no solo es nuestro problema, sino que también afecta a todos. Por ejemplo, una persona que ha cometido delitos aquí puede haber sido culpable en otros lugares del mundo. Sin embargo, la mayoría de estos delitos se cometieron en esta región, por lo que deben ser llevados ante la justicia aquí. Y para eso, se debe establecer un tribunal internacional".
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