El 24 de enero, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, realizó su primera visita a Turquía, tras posponerla dos veces, ya que ambos países tienen dificultades para armonizar sus intereses en muchas de las naciones en los que ambas partes interfieren, en un momento de gran agitación sin precedentes que todo Oriente Medio está presenciando.
En este contexto, el investigador especializado en asuntos turcos, Karam Saeed, consideró que la visita de Raisi a Turquía “se enmarca en contextos diferentes, vinculados al consenso iraní-turco sobre la gestión de la guerra en Gaza, así como como en el contexto del entusiasmo de los dos países por mejorar la cooperación conjunta en muchas áreas, sobre todo proyectos energéticos”.
El investigador explicó que Turquía “representa un núcleo económico para Irán, a la luz de las continuas sanciones impuestas a este último, y Turquía ahora necesita fortalecer la relación en proyectos de energía y gas con Irán, especialmente después de las sanciones occidentales a Moscú y el intento de las potencias occidentales para atacar el sector energético ruso”. Además, señaló que se sabe que “Turquía está interesada principalmente en satisfacer sus necesidades de recursos energéticos de Rusia y luego de Irán”.
Karam Saeed añadió: “Esta visita se produce en el contexto de un intento de fortalecer las relaciones comerciales entre los dos países y de los intentos de Irán de mejorar su relación regional después de llegar a un acuerdo con Arabia Saudita y tratar de calmar las tensiones con los Estados del Golfo”.
El investigador estimó que “hay cuestiones controvertidas que representan desafíos importantes para hacer avanzar las relaciones turco-iraníes, y además de estos desafíos está la disputa turco-iraní con respecto a la escena siria y el hecho de que los dos países se pongan del lado de diferentes partes en la crisis siria, sin mencionar disputas no menos graves en Asia Central”.
Karam descartó que hubiera diferencias entre Turquía e Irán con respecto a atacar a los kurdos en Siria e Irak. Según el investigador, el expediente kurdo representa una prioridad para los dos países, pero más para Turquía. También existen profundas diferencias en cuanto a la solución de la crisis en Siria. Sobre esto, explicó que Turquía “está convencida de la necesidad de la participación de las partes. El gobierno local le es leal en cualquier derecho político futuro, mientras que Irán está dispuesto a conservar a Al Assad, considerando que garantiza sus intereses”.
El investigador consideró que una parte esencial de los movimientos turcos en el norte y este de Siria, y en el sur de Kurdistán, está “vinculada al enfrentamiento a los kurdos”.
En cuanto a los movimientos iraníes en el noroeste de Siria, indicó que están relacionados con el interés de Irán por gestionar los equilibrios estratégicos dentro de Siria. “Es cierto que existe un acuerdo ruso-iraní para apoyar a Bashar al Assad, pero hay diferencias entre ellos, mientras los dos países buscan, individualmente, asegurar su influencia a expensas de la otra parte en Siria”, resumió.
Por su parte, el investigador en asuntos iraní-turcos, Hani Suleiman, consideró que la visita de Raisi a Turquía “se produce a la luz de importantes cambios internacionales que afectan a los dos países, y de la existencia de un horizonte para algunos asuntos que tienen un acercamiento cualitativo y común, incluido el la cuestión de la guerra en Gaza y la coordinación diplomática conjunta entre este expediente y la posición similar de los dos países sobre el apoyo a Hamás”.
“Las relaciones iraní-turcas pueden describirse como fuertes económicamente y caracterizadas por la inestabilidad política y la tensión -aseveró-, aunque hay varias cuestiones diferentes que están sujetas a tensión entre las dos partes, incluido el expediente kurdo y las diferentes posiciones de los dos países sobre lo que está sucediendo entre Armenia y Azerbaiyán, así como sobre las acusaciones iraníes de que Turquía apoya a la minoría azerbaiyana, lo que para Irán una amenaza a su seguridad nacional”.
Para Suleiman, otro punto son las clásicas disputas dentro de Siria entre ambos países: “La parte turca apoya a grupos armados con tendencias islámicas, mientras que Irán apoya al régimen sirio junto con Rusia y, por tanto, una serie de disputas diplomáticas y políticas y conflictos de intereses”.
El investigador analizó que las diferencias entre los dos países en Siria e Irak “derivan del hecho de que Irán es un Estado ideológico y Turquía tiene intentos persistentes de revivir las glorias del Imperio Otomano, y no está exento de una dimensión ideológica”.
FUENTE: ANHA / Traducción y edición: Kurdistán América Latina