PAJK: “El éxito del nuevo proceso depende de las mujeres”
La Coordinadora de Mujeres Libres del Kurdistán afirma en su declaración del 8 de marzo: “Responderemos al llamamiento de Öcalan por la paz y la sociedad democrática”.
La Coordinadora de Mujeres Libres del Kurdistán afirma en su declaración del 8 de marzo: “Responderemos al llamamiento de Öcalan por la paz y la sociedad democrática”.
La Coordinadora del Partido de las Mujeres Libres del Kurdistán (PAJK) ha afirmado en una declaración con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que “todos estos años de lucha y experiencia nos han dado la fuerza no sólo para transformar la sociedad, sino para rehacer fundamentalmente el propio sistema”.
Con urgencia, el PAJK llama a todas las mujeres de Turquía que anhelan la democracia y la paz para que se pongan en pie y reclamen la responsabilidad que les corresponde en este proceso histórico. “El tiempo del testimonio silencioso ha pasado. Ahora es el momento de actuar con valentía», ha declarado el PAJK acogiendo con satisfacción el llamamiento de Öcalan por la paz y la sociedad democrática.
La declaración recoge: “Nuestro movimiento de liberación de la mujer se ha formado y fortalecido gracias a la importante lucha, el trabajo y la determinación de la camarada Sakine Cansız (Sara) y de quienes siguieron su camino. Contra el mundo dominado por los hombres, ha surgido el poder de construir la libertad a través de la conciencia y la perspectiva femeninas. Esta notable marcha de las mujeres ha alcanzado su expresión universal en el Kurdistán de hoy. Las verdades iluminadas por la lucha de las mujeres han establecido la libertad de las mujeres como el fundamento de la vida libre. Sobre esta base, celebramos el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, junto a todas las mujeres, nuestras camaradas, nuestro pueblo y nuestros amigos y amigas que mantienen su lucha inquebrantable en las cárceles, en los frentes de resistencia y en todas las esferas de la vida”.
El PAJK añade: “Entramos en otra primavera llevando el profundo regalo de nuestro líder ideológico Abdullah Öcalan (Apo) a las mujeres kurdas y a todo el pueblo: el manifiesto por la Paz y la Sociedad Democrática.
Recientemente, recibimos la carta de Abullah Öcalan al PAJK en la que declaraba que las mujeres tienen la clave del éxito en la construcción de este nuevo proceso. Describiendo “el proceso comunalista democrático como la expresión contemporánea de la socialidad madre-mujer”, nuestro líder afirma que a menos que desmantelemos la cultura de la violación impuesta a la sociedad matriarcal, la verdad plena en filosofía, ciencia, ética, estética y religión no podrá emerger en sus dimensiones completas. Subraya que el socialismo no puede florecer en esta nueva era a menos que desarraiguemos la cultura machista profundamente arraigada en la sociedad. Con claridad, subraya que el fracaso del socialismo real se deriva no sólo de las insuficiencias relativas al Estado, la nación y la democracia, sino fundamentalmente de la esclavitud de la mujer, perpetuada como norma cultural profundamente arraigada. Establece que el requisito previo fundamental del socialismo es desarrollar un enfoque programático de las relaciones entre hombres y mujeres. Al declarar que un hombre incapaz de relacionarse adecuadamente con una mujer no puede ser socialista, establece un principio esencial”.
En su declaración, el PAJK subraya que “Abdullah Öcalan observa que cuanto más se libera una mujer de la cultura de la esclavitud implantada en su mente –aunque la inanición por la libertad ha sido inscrita como el destino de la mujer–, más su resistencia contra este supuesto destino revela la magnificencia de nuestra libre personalidad. Afirma que, como creadora de la cultura y la sociedad, la mujer está legítimamente asociada a la santidad y la divinidad. Esta perspectiva de Öcalan nos inspira y empodera a todos y a todas; sostiene que la realidad de la vida libre junto a las mujeres, un valor que nunca ha comprometido, constituye el principio fundamental que le sostiene. Con este entendimiento, celebramos el 8 de marzo de nuestro líder Abdullah Öcalan, el camarada de la libertad de las mujeres, que nos introdujo en la liberación, nos otorgó voluntad, conciencia y fuerza”.
La declaración continúa: “La libertad física de nuestro líder Abdullah Öcalan, que ha dedicado toda su vida a la liberación de las mujeres y de la sociedad, es un requisito previo fundamental para cultivar la paz y la coexistencia colectiva. El sistema de cautiverio de Imrali, que ha durado 26 años, debe ser relegado a las amargas profundidades de la historia. Este 8 de marzo, llamamos a todas las mujeres a salir a la calle para transformar este día en una poderosa manifestación de acción y lucha por la libertad de Apo, reconociendo que su liberación está inextricablemente ligada a la liberación de las mujeres. El éxito de este nuevo proceso, iniciado por el llamamiento de Apo, sólo se materializará mediante su libertad física y la creación de las condiciones necesarias para que este proceso avance. Apo debe ser liberado físicamente y tener la oportunidad de trabajar activamente al servicio de la paz y la democracia. El momento de su libertad no es mañana, es hoy”.
La declaración añade: “Hoy, las mujeres son las artífices de esta incipiente era de paz y sociedad democrática. La era de la sociedad democrática es inequívocamente el tiempo de las mujeres. El manifiesto de la sociedad democrática es, en su esencia, el manifiesto de la libertad de la mujer. Guiadas por esta conciencia, nos comprometemos a cumplir con nuestras responsabilidades en este proceso: intensificaremos nuestra lucha por la libertad, la democracia y la paz. Como mujeres, siempre hemos estado a la vanguardia de todas las luchas, catalizando profundas transformaciones sociales a lo largo de la historia. Ahora, nuestra lucha colectiva, nuestro incansable esfuerzo y nuestra abnegada labor como mujeres resultarán decisivos para hacer realidad el éxito de esta nueva era, una era configurada por el paradigma de la vida libre. La sabiduría acumulada de todos estos años de experiencia, nuestra fuerza propia ganada con esfuerzo, nuestra voluntad inquebrantable y nuestra mayor conciencia tienen fuerza suficiente para transformar la sociedad y desmantelar el sistema existente. Nuestra confianza y creencia en este potencial sigue siendo inquebrantable”.
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