Halide Türkoğlu, portavoz de la Asamblea de Mujeres del Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM), abordó las consecuencias del llamamiento de Abdullah Öcalan durante una rueda de prensa celebrada en la sede del partido.

Una nueva era en el siglo XXI

Halide Türkoğlu se refirió al llamamiento de Abdullah Öcalan el 27 de febrero, afirmando que “este llamamiento ha abierto la puerta a una nueva era en el siglo XXI, no sólo en Turquía, sino también en Oriente Próximo y en todo el mundo, allanando el camino para la reconstrucción de una sociedad democrática. Como mujeres, consideramos que es nuestro deber y responsabilidad fundamentales fortalecer la lucha por la paz a través de las experiencias, los logros y el legado de nuestro movimiento de mujeres. El gobierno debe cumplir inmediatamente los requisitos de este llamamiento. Al Sr. Öcalan se le deben conceder condiciones libres y efectivas que le permitan establecer contacto con el pueblo”.

Deben tomarse medidas sin demora.

Türkoğlu instó al Estado turco a tomar medidas inmediatas. Dijo: “El establecimiento de un marco político y jurídico democrático no es una mera condición; es el fundamento mismo, la proyección y la garantía de la paz y la resolución. Deben tomarse medidas sin demora. Durante más de un siglo, desde la formación de la República de Turquía, las políticas de negación y aniquilación han profundizado la guerra, la polarización, el sufrimiento, el luto, los desplazamientos, las detenciones, las torturas, las desapariciones forzadas y las masacres en nuestra región. La institucionalización del militarismo, el nacionalismo y el sexismo en todos los ámbitos ha provocado un aumento continuo de los feminicidios, el acoso y la violencia sexual”.

Oportunidades y amenazas

Türkoğlu añadió que “la democratización de Turquía es esencial para la resolución democrática y pacífica de la cuestión kurda. Cada paso que se dé hacia esta democratización repercutirá sin duda en Oriente Próximo en general”. Advirtió de que, si bien existen importantes oportunidades, también se ciernen serios peligros, y declaró: “Estamos más cerca que nunca de la paz, la resolución, la democracia y la libertad, rodeados de oportunidades. Al mismo tiempo, estamos al borde, atrapados en el filo de la guerra”.

La masculinidad dominante se refuerza aún más con los conflictos y la guerra. Como mujeres, siempre hemos estado en la vanguardia de la lucha por la paz.

Türkoğlu subrayó la importancia del llamamiento de Öcalan para las mujeres, afirmando que “el llamamiento por la paz y una sociedad democrática establece el marco más adecuado para impulsar los logros de la larga lucha de las mujeres por la igualdad y la libertad. Somos plenamente conscientes de que la masculinidad dominante se refuerza aún más con los conflictos y la guerra. Como mujeres, siempre hemos estado en la vanguardia de la lucha por la paz, y nuestro movimiento atesora una poderosa experiencia y conocimientos. Por ello, las mujeres seremos las más firmes defensoras de este llamamiento”.

Y prosiguió: “La construcción de la paz y de una sociedad democrática sólo es posible con las mujeres y a través de la lucha de las mujeres. Queremos construir colectivamente un lenguaje de paz en la política. Como Asamblea de Mujeres del Partido DEM, estamos aquí con un plan, un programa y un llamamiento para garantizar que la política democrática, la socialización de la paz y el papel activo de las mujeres como agentes de cambio en la esfera jurídica se conviertan en realidades. Buscamos establecer diálogos y negociaciones con las parlamentarias y las organizaciones de mujeres dentro de los partidos políticos, uniéndolas bajo una perspectiva femenina compartida”.

Debates conjuntos

Türkoğlu dijo además que se reunirán con los diferentes partidos políticos en la próxima semana, y continuó: “Entablaremos conversaciones con mujeres periodistas y organizaciones de prensa para situar la política de paz y la lucha de las mujeres en el centro de las agendas políticas tanto nacionales como locales. Nuestro objetivo es garantizar que este proceso no esté dominado por planteamientos políticos centrados en los hombres, sino que destaque la insistencia y la visibilidad de una democratización centrada en las mujeres. Reconocemos que la lucha de las mujeres es la garantía de la democracia local.

Nos reuniremos con plataformas de mujeres y ayuntamientos para fortalecer la política democrática y socializar el discurso y la lucha por la paz a nivel local. Con instituciones y organizaciones que luchan contra la violencia hacia las mujeres, discutiremos colectivamente cómo el conflicto se traduce en violencia en nuestras vidas y cómo la paz y la democratización pueden convertirse en una victoria en la lucha de las mujeres por la igualdad y la libertad. Conocemos el coste de la guerra por la explotación de nuestro trabajo y la precariedad de nuestras vidas. Para avanzar en las políticas de paz, nos reuniremos con las estructuras de mujeres dentro de las organizaciones laborales y sindicales, caminando juntas en la construcción de una sociedad democrática e impulsando el cambio democrático”.

La esencia de la democracia reside en la pluralidad y la diversidad, y para que esta esencia prospere, todas las identidades deben ser reconocidas.

Türkoğlu subrayó la importancia del compromiso colectivo en el llamamiento por la paz y una sociedad democrática, y siguió: “Junto con mujeres intelectuales, escritoras, abogadas, académicas y artistas, debatiremos cómo la sociedad y el Estado pueden participar en la paz y la transformación democrática en esta encrucijada histórica. Nosotras, como mujeres que hemos sido silenciadas, castigadas y censuradas en la política de los poderes dominantes, nos abriremos caminos unas a otras y caminaremos juntas en la construcción de la política de una sociedad libre, igualitaria y democrática. Para que la transformación democrática sea posible, es esencial liberar la política y el Estado de estructuras monolíticas. La esencia de la democracia reside en la pluralidad y la diversidad, y para que esta esencia prospere, todas las identidades deben ser reconocidas. Una Turquía democrática no consiste sólo en lograr una resolución pacífica de la cuestión kurda, sino también en garantizar que, a través de esta resolución, todos los pueblos, confesiones e identidades marginadas puedan ganar colectivamente. Tanto las oportunidades como la lucha por este futuro están en nuestras manos. Ampliaremos juntos nuestra lucha para garantizar que todas las mujeres participen en este proceso”.

Nosotras, como mujeres, construiremos juntas la política y el lenguaje democráticos de esta nueva era.

Türkoğlu subrayó que la socialización de la paz no puede desarrollarse independientemente de la socialización de la libertad de las mujeres, afirmando: “Por eso debemos unirnos más que nunca e insistir en la paz. La consecución de una Constitución democrática, el fortalecimiento de la democracia local y el establecimiento de una república democrática requieren un diálogo y una supervisión continuos en las esferas social, política y jurídica, en los que las mujeres desempeñen un papel protagonista. Como Asamblea de Mujeres del Partido DEM, queremos enfatizar que asegurar que este proceso se lleve a cabo efectivamente sobre una base política democrática requiere reconocer que las mujeres son la fuerza organizada de una sociedad democrática, las que crean y transforman. Nosotras, como mujeres, construiremos juntas la política y el lenguaje democráticos de esta nueva era”.

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