18 civiles más secuestrados en el Afrin ocupado

Miles de civiles han sido secuestrados en Afrin desde que fue ocupado por el ejército turco y sus aliados mercenarios en marzo de 2018.

Según la agencia de noticias Hawar (ANHA), otros 18 civiles han sido secuestrados por los servicios de inteligencia turcos del MIT y los grupos mercenarios Semerkand y Jaysh al-Sharqiya en la ciudad ocupada de Afrin.

Citando fuentes locales, ANHA ha informado de que las fuerzas de ocupación irrumpieron en numerosas casas de distintos pueblos situados en el distrito de Jindires. 11 civiles fueron secuestrados en la población de Kefersefreyê y otros 7 en Goranê. Su suerte es desconocida.

Los nombres de los civiles secuestrados son:

En la población de Kefersefrayê: Mustafa Mihemed Xelo (50), Egid Mustafa Xelo (21), Şiyar Ebdulrehman Xelo, Ebdo Bedrî Kemal Exres (20), Murad Seydo Xelo, Hesen Eyûb Ebdo (50 años y con discapacidad), Emîna Hesen Eyûb, Fatima isimli Ezazlı bir kadın, Almaz Xelîl Hac Ebdo, Selah Reşîd Mehmûd y Mustafa Cafer.

En la población de Goranê: Ehmed Hisên Mihemed Deko, Mehmûd Ehmed Hec Birîm, Mihemed Nebî Henan, Cîhad Şikirî, Riyad Murad Kedro, Rêzan Hisên Yûsif y Silêman Hikumet Henan.

El cantón de Afrin permanece ocupado por Turquía desde marzo de 2018. Los secuestros son una fuente común de ingresos para los mercenarios yihadistas del Estado turco. Desde el inicio de la ocupación, violaciones de los derechos humanos y crímenes de guerra han estado en la agenda de la que fue una de las regiones más seguras de todo Siria. Además de la clásica política colonial, Turquía continúa practicando políticas de limpieza étnica, con las que han expulsado a cientos de miles de personas de sus asentamientos ancestrales. El cambio demográfico en favor de Turquía y sus fuerzas de invasión yihadistas, así como crímenes tales como secuestros, torturas, extorsiones y asesinatos, tienen lugar de facto con el beneplácito de los estados de la comunidad internacional que permanecen en silencio.

Incluso dos años y medio después de la ocupación de Afrin en el noroeste de Siria por parte de Turquía y las milicias yihadistas, el exceso de violencia, los saqueos y las expulsiones siguen siendo el pan de cada día en el antiguo cantón autónomo. Estas son las conclusiones del informe mensual de la Organización de Derechos Humanos de Afrin. El balance de las violaciones de derechos humanos del mes de septiembre fue presentado el domingo pasado en el campamento Serdem, en el cantón de Shehba. El contenido del informe habla de dos civiles asesinados, entre ellos un niño, alrededor de ocho civiles secuestrados y tres menores casadas con mercenarios yihadistas en contra de la voluntad de sus familias.

En septiembre, la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Árabe Siria publicó un informe de 25 páginas en el que presentaba sus conclusiones basadas en las investigaciones realizadas entre el 11 de enero y el 1 de julio de 2020.

En el informe, en el que se documentan las continuas violaciones y abusos de casi todos los agentes en conflicto que controlan el territorio de Siria, se pone de relieve un aumento de las pautas de abusos selectivos como los asesinatos, la violencia sexual y de género contra las mujeres y las niñas, y el saqueo o la apropiación de propiedades privadas, con tintes sectarios.

En Afrin y la zona de los alrededores, el informe señala cómo el Ejército Nacional Sirio (ENS) respaldado por Turquía ha cometido crímenes de guerra como son la toma de rehenes, el trato cruel e inhumano y las violaciones. En la misma región, decenas de civiles fueron asesinados y mutilados por grandes dispositivos explosivos improvisados, así como durante los bombardeos y los ataques con cohetes.

Particularmente, el informe dice: “Desde 2019, las mujeres kurdas de las regiones de Afrin y Ra’s al-Ayn [Serêkaniyê] se han enfrentado a actos intimidatorios por parte de miembros de las brigadas del ENS, lo que ha generado un clima de temor generalizado que las ha confinado en sus hogares. Los combatientes del ENS también han detenido a mujeres y niñas, y las han sometido a violencia sexual, lo que ha causado graves daños físicos y psicológicos a nivel individual y comunitario, debido al estigma y las normas culturales relacionadas con las ideas de “honor femenino”. Durante el período que se examina, se documentaron además casos de violencia sexual contra mujeres y hombres en un centro de detención de Afrin.

La Comisión también recibió informes de matrimonios forzosos y de secuestros de mujeres kurdas en Afrin y Ra's al-Ayn [Serêkaniyê], en los que participaron principalmente miembros de la División 24 (Brigada Sultán Murad) del ENS”.

La situación de los derechos humanos en las partes del norte, el noroeste y el nordeste de Siria bajo el control de las fuerzas turcas y los grupos armados afiliados a Turquía es sombría, con una alta tasa de violencia y criminalidad, advirtió el viernes la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

Si bien las violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario contra los civiles continúan en toda Siria, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha observado en los últimos meses una pauta alarmante de graves violaciones en esas zonas, entre ellas en Afrin, Ras al-Ain y Tel Abyad, donde se ha documentado un aumento de los asesinatos, los secuestros, los traslados ilícitos de personas, las incautaciones de tierras y propiedades y los desalojos forzosos.

Del 1 de enero al 14 de septiembre de 2020, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas verificó la muerte de al menos 116 civiles como resultado de artefactos explosivos improvisados utilizados por autores no identificados y restos explosivos de guerra. Entre los muertos había 15 mujeres, 20 niños y 2 niñas. Unos 463 civiles resultaron además heridos.

“Pido a las autoridades turcas que respeten el derecho internacional y garanticen el cese de las violaciones cometidas por los grupos armados que están bajo el control efectivo de Turquía”, dijo Bachelet.