El campamento Hol, situado a 45 kilómetros al este de Hesekê, se considera el caldo de cultivo de ISIS. Los yihadistas han construido sus propias estructuras y cometen atrocidades contra personas que no cumplen con los estándares de ISIS. No en vano el campamento, que es difícilmente controlable en muchas zonas, tiene la reputación de ser la nueva capital de lSIS. La situación allí está relacionada con la falta de apoyo internacional a la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria y los permanentes ataques de Turquía. El servicio secreto turco MIT apoya a los yihadistas del campo y ha ayudado a algunos a escapar.
El campamento de refugiados, que se construyó en 1991 durante la guerra del Golfo, tuvo que acoger a más refugiados en 2003 tras la intervención de los Estados Unidos en Irak. Tras la liberación de la región del ISIS, la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria tomó el control del campamento en 2015 y lo abrió a los desplazados internos de Siria. Después de eso, llegaron más buscadores de protección desde Mosul.
Cuando las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF) tomaron el último enclave del ISIS en el este de Siria en marzo de 2019, se estableció una zona especial en el campamento Hol para alojar a los partidarios del ISIS con sus hijos. Desde entonces, la Administración Autónoma ha realizado investigaciones para reintegrar en la sociedad a las personas que no han cometido delitos contra la población. En cooperación con los ancianos de las tribus de Siria, se ha establecido un programa de retorno mediante el cual los voluntarios pueden salir del campamento. En este contexto, el primer grupo que salió del campamento estaba conformado por 800 mujeres y niños de Raqqa. A éste le siguieron otros 27 grupos de Deir ez-Zor, Raqqa y Tabqa. En total, participaron 4789 personas.
Debido a la extrema emergencia humanitaria en el campamento y a las correspondientes demandas de las tribus locales, la Administración Autónoma también decidió en octubre liberar a todos los nacionales sirios del campamento en virtud de una amnistía general. La salida del campamento es voluntaria, porque muchos habitantes no saben adónde ir. Desde entonces, 1211 personas más han abandonado el campamento.
Según la administración del campamento, 23.167 ciudadanos sirios de 6.451 familias se encuentran actualmente en el campamento Hol. 75 familias tienen previsto abandonar el campamento la semana próxima. Además, 30.606 ciudadanos iraquíes y 9544 personas de otras nacionalidades siguen viviendo en el campamento Hol.