Bajo el ataque del Estado turco, la presa de Tishrin se ha convertido en un punto crítico de preocupación. En un esfuerzo por prevenir un posible desastre en la presa, los residentes de la región llevan 13 días manteniendo allí una vigilia. El martes, el Estado turco asaltó la zona, matando a dos personas e hiriendo a más de 20, entre ellas cuatro periodistas.

La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria emitió una declaración escrita sobre el ataque, en la que instaba a la comunidad internacional a tomar medidas. 

En la declaración se subraya que atacar a civiles que mantenían una vigilia de resistencia para proteger la presa de Tishrin, así como atacar infraestructuras críticas, constituye una flagrante violación del derecho internacional y humanitario. 

Destacando la importancia vital de la presa como centro de recursos hídricos y energéticos, la declaración señala que estos ataques están empeorando las penurias que sufre la comunidad local. 

La Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria declaró: "Este ataque es una clara amenaza para la paz y la seguridad de la región. Tener como objetivo la presa de Tishrin, de importancia estratégica como fuente de agua y energía, pone de relieve las políticas dirigidas a destruir infraestructuras vitales. Pedimos a la comunidad internacional y a las organizaciones jurídicas y humanitarias que actúen de inmediato para poner fin a estos ataques".

La declaración concluye con el pésame a las familias de los fallecidos en el ataque y el deseo de una pronta recuperación para los heridos.