Desde hace unas dos semanas, las fuerzas de ocupación llevan a cabo fuertes ataques de artillería en la ciudad de Erîma, ubicada al este de al-Bab. Se han contabilizado hasta 150 ataques de artillería desde el 20 de octubre. El martes, las aldeas de Qirtwêran y Kor Hedok fueron objeto de intensos disparos. Las aldeas afectadas están todas ubicadas en la zona de Erîma, que también alberga las mayores bases militares rusas. Los ataques son los más violentos desde el despliegue de tropas rusas y sirias a lo largo de la línea fronteriza. En la ciudad de Erîma, se produjo una masacre de población civil el 28 de julio. Seis civiles murieron por proyectiles de artillería turcos y muchos otros resultaron heridos.
Ali al-Yusif, uno de los comandantes del consejo militar de al-Bab, informó que esta vez las fuerzas invasoras no se limitaron al fuego de artillería sino que intentaron ocupar las aldeas. Sin embargo, esto fue impedido por el consejo militar.
La gente de la región vive con miedo y terror. Debido a los bombardeos, es prácticamente imposible moverse por la región. Los habitantes también temen una invasión turca y, por lo tanto, se atreven a hablar solo de forma anónima.
La Administración Autónoma y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) hacen un llamamiento a Rusia y EE. UU. Para que cumplan con su obligación de garantía y para que Turquía detenga los ataques.