Los incendios en el campo de Manbij, en el norte de Siria, desencadenados por el fuego de artillería del ejército turco y de los aliados yihadistas, ya han destruido 250 hectáreas de tierras agrícolas desde el comienzo de la temporada de cosecha, dice Talal al-Hamidi de la Dirección del Departamento de Bomberos de Manbij.
El incendio provocado en el norte de Siria es uno de los métodos de guerra turcos que viola el derecho internacional. La agricultura es la principal fuente de ingresos de la región y es objeto de ataques sistemáticos. Para contener los daños causados por los incendios provocados, más de 45.000 personas de las zonas autónomas trabajan como guardias de incendios en los campos. Al-Hamidi también informa sobre las medidas de seguridad adoptadas en Manbij para defender las zonas cultivadas.
"Además del número de emergencia habitual del cuerpo de bomberos, hemos establecido una línea telefónica de emergencia de 24 horas para informar sobre los incendios en los campos. Nuestros equipos se han posicionado de manera que puedan llegar incluso a la aldea más remota de la región en diez minutos. La lucha contra el fuego en las aldeas al norte, oeste y sur de Manbij está resultando particularmente difícil, dice al-Hamidi y añade: "Con demasiada frecuencia somos blanco de los soldados turcos y sus apoderados. En esos casos, es posible que no lleguemos a tiempo a la fuente del fuego".
Casi 40 incendios provocados en 28 días
Según la información de que dispone la ANF, sólo en mayo se quemaron casi cuarenta zonas agrícolas en las regiones de Girê Spî, al-Bab, Ain Isa, Til Temir, Shehba, Shera, Sherawa y Kobanê. Los incendios afectaron a decenas de aldeas y a miles de personas.
El Estado turco y el ISIS han quemado cientos de miles de hectáreas de tierra en el momento de la cosecha de 2019 para dañar la economía de la región autónoma.