Según fuentes locales, los terroristas yihadistas apoyados por Turquía trataron de saquear la casa de un civil llamado Mihyedin Oso, en el barrio de Ashrafiya en Afrin.

El hombre fue torturado tras tratar de impedir que los terroristas asaltaran la casa. Finalmente, fue decapitado.

Mihyedin Oso, de la aldea de Qetme en el distrito de Shera district, llevaba muchos años viviendo en el centro de Afrin.

Las inhumanas prácticas de las fuerzas turcas y sus milicias aliadas han incrementado, especialmente en los últimos meses. Bombardeos, secuestros, torturas y detenciones por parte de las fuerzas de ocupación son parte de la vida diaria. Desde principios de julio, cientos de personas han sido secuestradas. En los últimos 20 días de julio, más de 300 personas han sido secuestradas. Por ahora el destino que han corrido la mayoría de ellas sigue sin ser conocido.

Los ataques del estado turco y sus mercenarios aliados contra la ciudad de Afrin y la región comenzaron el 20 de enero de 2018 y la invasión por tierra se consumó el 18 de marzo.

Desde la invasión, los crímenes de guerra han sido cometidos de forma sistemática en la región. La estructura demográfica está siendo cambiada y los crímenes como el robo y expropiación forzosa de las propiedades de la población local, secuestros de civiles para cobrar un rescate, torturas y ejecuciones son parte del escenario en el que la población civil se ve obligada a vivir.