Hay cosas que se descubren en la infancia y que marcan el futuro de una persona. Sîrwan Kanat experimentó la huida y el desplazamiento en su infancia. Hoy es actor y director de teatro. Dice que siempre se ha sentido mágicamente atraído por el teatro. Influido por las dolorosas experiencias de su infancia, ahora da esperanza a muchos niños a través del teatro.
Sîrwan Kanat nació en 1997 en el campo de refugiados de Etruş y creció en Makhmur. Sus padres huyeron de Turquía al sur del Kurdistán. A los cuatro años ya imitaba lo que veía en su entorno. Estos fueron sus primeros pasos hacia su carrera teatral, como él mismo dice: "Mi amor por el teatro nació en mi infancia, que viví en el exilio. En Makhmur, las condiciones eran duras. Los niños estábamos casi siempre a la intemperie".
Para Sîrwan, el teatro es una forma de expresión. "Imitar a la gente que me rodea era una forma de expresarme en mi infancia. Los niños son curiosos y quieren entender y expresar su entorno. El teatro era como un lenguaje para mí. Empecé a hacer teatro a los siete años en el Centro Cultural Makhmur. Mi madre me ayudó mucho, me puso en este camino".
En 2016 se fundó en Makhmur el grupo de teatro Hêvî Yekta. Además, hay una comunidad teatral de estudiantes que representó su propia obra el año pasado. En sus obras, Sîrwan Kanat y sus compañeros abordan los problemas sociales y la realidad de la guerra en la que crecieron. "El arte permite a la gente entenderse mejor a sí misma. Para nosotros, el teatro es una alternativa a los problemas y conflictos a los que nos enfrentamos", explica Sîrwan.
En 2017, Sîrwan había actuado en diez obras de teatro. Mientras tanto, también escribe escenografías y dirige. Como todos los ámbitos de Makhmur, el teatro tiene que luchar contra la falta de oportunidades. No hay un escenario profesional y los actores tienen problemas para encontrar trajes adecuados. Nadie tiene formación teatral, y la escenografía se monta con materiales que se pueden encontrar en el campamento. "Decoramos el escenario con telas que encontramos en nuestro lugar. A veces cogemos a escondidas ropa del armario de nuestras madres para usarla como vestuario en el escenario". La falta de fondos no es un obstáculo para nosotros", dice Sîrwan.