Tras el "Llamado a la paz y una sociedad democrática" de Abdullah Öcalan y la decisión del PKK de disolverse, se abre un nuevo capítulo en la resolución de la cuestión kurda y la democratización en Turquía. Una de las demandas clave que se debaten en el contexto de la paz y la resolución es la educación en la lengua materna.
Duygu Özbay, co-presidente de la sección n.º 2 de Eğitim-Sen en Amed, habló con ANF sobre la demanda de educación en la lengua materna.
Es necesario reorganizar todas las estructuras.
Özbay enfatizó que, durante los últimos 200 años, Oriente Próximo ha sufrido una destrucción significativa bajo el sistema de Estado-nación centrado en Europa: “El sistema de Estado-nación no es compatible con la dialéctica histórica de Oriente Próximo. Esta incompatibilidad, junto con la negativa de los pueblos y comunidades a aceptar dicho sistema, es lo que sigue dañando la región. Los pueblos lo están dejando muy claro con su resistencia a los dictadores. La forma en que resisten y construyen espacios para la vida demuestra que no aceptan la mentalidad de Estado-nación arraigada en Europa”.
Destacó que Oriente Próximo atraviesa actualmente una tercera guerra mundial cada vez más intensa y añadió: “Somos conscientes de que las potencias hegemónicas pretenden rediseñar Oriente Próximo. Los pueblos de Palestina, Líbano, Siria y ahora Irán se enfrentan a graves amenazas. Esta no es una guerra de pueblos, sino una lucha de poder librada por fuerzas hegemónicas. En Turquía, exigimos medidas concretas para un proceso de transición pacífica y para el establecimiento de una paz permanente. Aunque una parte insiste en la paz y toma medidas, la otra aún no ha actuado ni se ha pronunciado”.
Özbay subrayó la necesidad de reformas estructurales: “Sabemos que los cambios constitucionales son la base de muchos cambios. Todas las estructuras que generan violencia y desigualdad, incluidas las instituciones públicas, deben reformarse. La paz no es solo la ausencia de guerra; también requiere la reorganización de todos los mecanismos que generan injusticia social y conflicto. Debe establecerse un sistema inclusivo, pluralista, igualitario, multicultural y multilingüe. En este marco, el derecho a la educación en la lengua materna se vuelve crucial”.
Señaló que el sistema educativo actual de Turquía no es pluralista, sino uniforme: “Siempre nos hemos opuesto al enfoque de ‘una nación, una religión, una creencia’, arraigado en el currículo. Sabemos que los niños se sienten incómodos y alienados por un sistema que les desagrada. El currículo en sí mismo genera desigualdad. Por lo tanto, debe reconocerse el derecho a la educación en la lengua materna, no solo para el pueblo kurdo, sino para todos los pueblos que viven en Turquía”.
Las reformas legales son necesarias.
Al hablar de ejemplos internacionales, Özbay continuó: “Al observar las experiencias globales, vemos que el derecho a la educación en la lengua materna fortalece la paz social. En Sudáfrica, por ejemplo, la Constitución de 1996 reconoció 11 idiomas oficiales, lo que reforzó el sentido de pertenencia entre las comunidades. Esto creó un sistema equilibrado donde un idioma no predomina sobre los demás, contribuyendo así a una paz duradera a través de la educación”.
También mencionó a Ruanda: “Frases como ‘nosotros’ y ‘ellos’ se eliminaron del currículo para crear un sistema educativo más pacífico. Los niños y niñas aprenden a empatizar con los demás a través de este modelo”.
Concluyó que los sistemas educativos pueden generar conflictos o promover la paz, la empatía, el respeto y la convivencia, agregando: “Existe una gran necesidad de reformar el modelo educativo actual, y constantemente exigimos nuevas políticas para ello. El derecho a la educación en la lengua materna no es solo una cuestión pedagógica. En el caso de Irlanda del Norte, también formó parte de una lucha más amplia por la identidad y la independencia. La educación en la lengua materna desempeña un papel fundamental en la construcción de la paz social y en la resolución no solo de la cuestión kurda, sino también de otros problemas”.
Estamos en un proceso de transición a la paz.
Enfatizando la importancia de las reformas legales, Özbay concluyó: “Estamos en una transición hacia la paz. El gobierno y los representantes del pueblo deben tomar medidas permanentes conjuntamente. El Estado debe implementar políticas que demuestren su sinceridad en este proceso, en lugar de solo hablar de él. Esto comienza con la corrección de todas las estructuras que generan desigualdad. Crear un currículo igualitario no es difícil; se deben tomar medidas concretas de inmediato. Esta es la demanda del pueblo kurdo. Cuando se resuelva la cuestión kurda, también se resolverán los problemas de otros pueblos”.