Empresa holandesa incumple la normativa en los trabajos arqueológicos de Hasankyef

La Tumba de Zeynel Bey, de finales del siglo XV, es un monumento de extraordinario valor y un elemento clave en el patrimonio cultural de la región. Los trabajos de la empresa holandesa Bresser incumplen las directrices internacionales.

Distintas organizaciones vinculadas a la conservación del patrimonio cultural de Hasankyef han realizado una declaración conjunta para poner de relieve que la conducta de Bresser, empresa holandesa, durante el traslado de la Tumba de Zeynel Bey el año pasado no se ajustó a las directrices de la OECD. Las organizaciones firmantes son la Iniciativa para Mantener Hasankyef Vivo(Turquía), Hasankyef Importa (Turquía), y la Asociación para los Estudios Internacionales sobre el Agua (FIVAS, Noruega).

El NCP Holandes (Punto de Contacto Nacional Holandes), organismo encargado de observar el cumplimiento de las Directrices para Empresas Multinacionales de la OECD, ha concluido en su informe que Bresser, una empresa de tamaño medio de origen holandés, “no ha cumplido con las expectativas ni satisfecho de forma adecuada los criterios establecidos en las Directrices de la OECD” para el proyecto de traslado de la Tumba de Zeynel Bey, en Hasankyef, en el sureste de Turquía.

La tumba data del siglo XV y es un monumento de extraordinario valor cultural además de un hito del rico patrimonio cultural de la región. Su traslado, por tanto, afecta el derecho humano a la cultura de la población afectada. Las empresas, de cualquier tamaño, deben considerar y minimizar el impacto de sus actividades sobre los derechos humanos.

La NCP ha manifestado que Bresser ha realizado algunos esfuerzos para llevar a cabo el proyecto de forma adecuada en relación a los derechos de la población local, pero recomienda que Bresser adopte una postura más estructural en relación a la materia a la hora de proceder, para evitar contribuir a los impactos negativos sobre los derechos humanos de las comunidades.

A tal fin, se debería haber procedido a una consulta y conversaciones con todas las  partes afectadas, incluyendo las comunidades locales, antes de comenzar con los trabajos de traslado de la Tumba de Zeynel Bey. La declaración del NCP también señala que de acuerdo a las directrices, todas las empresas, independientemente de su posición en los distintos trabajos que requiere el traslado, son responsables de mantener su actuación dentro de la ley y de las directrices establecidas, para prevenir que los derechos humanos de la población se puedan ver conculcados por su actividad, incluyendo los derechos culturales y el derecho a la conservación del patrimonio cultural de los pueblos.

Las organizaciones que han emitido las quejas comunican que: “Es alarmante observar como Bresser continúa asistiendo a Er-Bu y al DSI en la retirada de los elementos arquitectónicos. El  de 6 de agosto, el hamam (baño) histórico fue trasladado usando técnicas similares a las empleadas en la retirada de la tumba, pero ahora con menos transparencia y sin cumplir con el deber de informar al público. El proyecto continúa excluyendo a una amplia gama de sectores afectados por estos trabajos, incluyendo a la comunidad local y a los expertos independientes en la conservación de patrimonio cultural histórico, los cuales deberían ser consultados en todas las etapas del proceso, incluyendo la selección de piezas a ser retiradas, la forma de retirarlas y su futuro destino”.

Mientras que la declaración deja claro que las acciones y políticas de Bresser no han cumplido con lo exigible en la materia y establecido en las Directrices de la OECD, Bresser de hecho continúa participando en los trabajos de retirada de los monumentos de Hasankyef, sin efectuar ningún tipo de enmienda en relación a su comportamiento. Este hecho genera una serie de suspicacias y preguntas sobre como pueden ayudar las Directrices de la OECD a las empresas comerciales para que identifiquen de forma satisfactoria las posibles sinergias entre un comportamiento empresarial ético y la creación de riqueza.

Las organizaciones firmantes de la declaración han exigido que Bresser “cese de inmediato toda actividad hasta que el proyecto de conservación de patrimonio cultural sea realizado bajo los criterios que marcan las Directrices de la OECD”.