Peace in Kurdistan ha emitido un comunicado para recordar que, en sus últimas semanas, la administración Trump realizó una serie de movimientos destinados a comprometer a la administración entrante liderada por Biden. El Secretario de Estado Mike Pompeo designó a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, a los Houthis de Yemen como organización terrorista y anunció que Al Qaeda había establecido una “nueva base” en Irán. Trump también lanzó una batería de medidas contra China.
Menos notado, pero igualmente insidioso según Peace in Kurdistan, ha sido “un Memorando de Entendimiento entre Estados Unidos y Turquía firmado el 19 de enero de 2021, el día antes de que Trump dejara Washington. El acuerdo aparentemente pide la protección de los bienes culturales en Turquía con el argumento de impedir el tráfico de objetos del patrimonio cultural”.
Ya en 2019, cuando el gobierno turco comenzó a pedir la firma de dicho Memorándum, académicos, museos y diversas organizaciones culturales de todo el mundo dieron la voz de alarma. “El Comité Nacional Armenio de América”, señala Peace in Kurdistan, “argumentó que conceder al Estado turco ‘derechos legales sobre el vasto patrimonio religioso-cultural de los pueblos indígenas de la región y otras poblaciones minoritarias es una licencia de explotación y destrucción’”.
El grupo del Reino Unido añade: “La tierra que ahora conforma Turquía contiene rastros de civilizaciones que se remontan a 12.000 años de antigüedad, al Neolítico. Ha sido ocupada por algunos de los imperios más notables de la historia, desde el asirio, el persa y el griego, y hasta el romano y el bizantino. Las fronteras de Turquía albergan hoy diversos pueblos de diferentes etnias y credos. Sin embargo, bajo el liderazgo del actual presidente Erdogan, el Partido de la Justicia y el Desarrollo y el Partido del Movimiento Nacional, el Estado turco pisotea la diversidad, persigue a las minorías y promueve la superioridad de una rama de islamismo neo-otomano”.
El año pasado, cuando arqueólogos y gente de todo el mundo protestaron para proteger el asentamiento de Hasankeyf, fueron ignorados y apartados, y el sitio, y 12.000 años de historia con él, quedaron sumergidos bajo el agua, recuerda Peace in Kurdistan, que agrega: “Santa Sofía fue terminada por los romanos en el año 537 DC. Fue la mayor iglesia cristiana del Imperio Romano de Oriente y de la Iglesia Ortodoxa Oriental hasta que Constantinopla cayó en manos de los otomanos en 1453, cuando se convirtió en mezquita. Se cerró en 1931 y se reabrió como museo en 1935. A pesar de las peticiones de la UNESCO, el Consejo Mundial de Iglesias, la Asociación Internacional de Estudios Bizantinos y una expresión de ‘dolor’ del Papa Francisco, el gobierno de Erdogan emitió un decreto en 2020 y convirtió Santa Sofía en una mezquita. Esto simboliza la actitud de Erdogan y del gobierno turco hacia las sensibilidades religiosas y culturales”.
Peace in Kurdistan también recuerda cómo “en el norte de Chipre, ocupado por Turquía desde 1974, la cultura helénica de esa parte de la isla ha sido saqueada y destruida. Antiguas ciudades y pueblos kurdos han sido levantados por las tropas turcas, los cementerios kurdos han sido profanados. Los representantes de las comunidades armenia, griega, chipriota, siríaca, kurda y otras que han sufrido recientemente la persecución del Estado turco, exigen colectivamente que el presidente estadounidense Biden rescinda este indefendible Memorando de Entendimiento”.