En el Centro de la Comunidad Kurda de Londres se llevó a cabo una ceremonia de graduación para los graduados del programa de la escuela Firaz Dağ. La escuela lleva el nombre del periodista y cineasta kurdo Mehmet Aksoy, que había adoptado el nombre de Firaz Dağ en Rojava y murió como trabajador de los medios de comunicación de las YPG en un ataque del ISIS en Raqqa el 26 de septiembre de 2018. Aksoy era de Elbistan, en el Kurdistán del Norte, pero creció en Londres y se involucró en muchos aspectos del movimiento kurdo con gran talento y una calidez inolvidable. En su memoria, ya se han realizado cursos de formación en medios de comunicación con los guerrilleros en las montañas kurdas y en Rojava. El año pasado, en Londres, con motivo del aniversario de su muerte, se creó un programa para niños en el que participaron treinta niños de entre cinco y doce años.

En la ceremonia de graduación antes de las vacaciones de verano, se entregaron ceremoniosamente los certificados a los niños, y dos niños recibieron el ‘Premio Hevaltî’ (amistad). El educador Sultan Kığı, que también es co-presidente del Consejo del Pueblo Kurdo en Londres, dijo en un discurso que la escuela infantil se inspiró en la vida de Mehmet Aksoy y apoya la educación de los niños. Según un estudio realizado en Inglaterra sobre las comunidades de migrantes, el rendimiento de los niños kurdos suele ser bajo, dijo. “No quisimos aceptarlo y nos basamos en que si se toma el ejemplo de alguien como Mehmet Aksoy, será prometedor”. Mehmet Aksoy, por un lado, estaba profundamente apegado a los valores fundamentales del pueblo kurdo y, por otro, trabajó con éxito en los campos de la educación, el arte, la literatura y el cine. Con su actitud internacionalista, dejó profundas huellas en el corazón de la gente”, dijo Sultan Kığı.

La escuela Firaz Dağ, con ocho profesores y un asesor psicológico, ofrece clases particulares de música, matemáticas, literatura y comunicación los fines de semana, y también enseña a los niños la cultura y la historia kurdas. La escuela no recibe apoyo estatal y se basa en el trabajo de voluntarios. Además, los padres de los alumnos han fundado su propia comunidad dentro del Consejo del Pueblo Kurdo y organizan actos sociales y políticos.