Una artesana en Qamishlo

Cihan Abdulgaffur es una artesana de Qamishlo cuya vida ha cambiado con la revolución de Rojava.

Con la revolución de Rojava, las mujeres han experimentado importantes procesos de desarrollo en numerosos ámbitos. Uno de estos ámbitos es la artesanía, que antes se limitaba al ámbito doméstico. Cihan Abdulgaffur nació y creció en Hesekê y ha asistido a clases de arte desde cuarto grado. Empezó haciendo flores de papel y tela. Luego aprendió cerámica. “Aprendía algo nuevo cada día mientras enseñaba a la gente nueva del curso. Después, pasé dos años formándome en el arte de la madera en Damasco”, explica la joven.

Desde Damasco, regresó a Hesekê y enseñó a los niños y niñas en el Centro Xabûr durante cuatro años. De Hesekê luego vino a Qamishlo, donde continúa con su variada artesanía. Hace joyas, ropa tradicional, cinturones, adornos de pared y otros materiales. Uno de sus principales objetivos es el trabajo en madera.

Cihan Abdulgaffur dice que su vida cambió con la revolución: “Antes de la revolución, sólo estaba en Hesekê. No podíamos movernos. Con la revolución, hice realidad mis sueños y finalmente vine a Qamishlo. Ahora tengo libertad para trabajar. También he conocido a muchos artistas que han dado nuevos colores a mi vida. Nunca pensé que no podría hacer algo por el hecho de ser mujer. Mucha gente pensaba que no podía hacerlo, pero lo he conseguido”.