En la carta las organizaciones subrayaron cómo "la región se ha convertido en un punto caliente repleto de todas las formas de violaciones de derechos humanos: civiles desplazados, robos, asaltos, saqueos, confiscación de propiedades y cosechas, incendios provocados que destruyen bosques, secuestros de civiles, detenciones arbitrarias, destrucción de cementerios y símbolos culturales".
Las organizaciones subrayaron que Turquía y sus aliados mercenarios están tratando de forzar un cambio demográfico y cometen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. "Estos crímenes sistemáticos han sido probados y confirmados por informes de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, así como por los informes de la Comisión Internacional Independiente de Investigación para Siria".
La carta terminó con la siguiente apelación: "Le pedimos que inste a Turquía a que ponga fin a la ocupación y garantice el regreso seguro de las personas desplazadas a sus hogares; que adopte todas las medidas posibles que garanticen la justicia de las víctimas y de los afectados por las políticas turcas, y que les permita acceder a la justicia para proteger sus derechos y recibir indemnización".