Según datos de la plataforma Kolbar News, 345 kolbares kurdos fueron blanco de ataques de las fuerzas estatales iraníes a lo largo de 2024. Como consecuencia de estos ataques, 59 kolbares perdieron la vida y otros 287 resultaron heridos.

Los kolbares asesinados tenían menos de 22 años y al menos otro murió a causa del frío.

Los kolbares perdieron la vida o sufrieron heridas en las zonas fronterizas de las provincias de Urmia, Sine y Kermanshah debido al fuego directo de las fuerzas del régimen, el frío, la caída de rocas y la explosión de minas.

Kolbares

Kolbar proviene de las palabras kurdas "kol" (espalda) y "bar" (carga). Los kolbares se ganan la vida transportando cargas a lo largo de la peligrosa frontera iraní-iraquí. Sus cargas incluyen cigarrillos, teléfonos móviles, ropa, artículos para el hogar, té y rara vez alcohol. Caminan a través de terrenos peligrosos para continuar este comercio entre el sur, Bashur, y el este, Rojhilat, del Kurdistán. Los productos que traen se venden a precios altos en Teherán, pero los kolbares que arriesgan sus vidas por ellos reciben un salario muy modesto.

Los intermediarios que toman las entregas y encuentran compradores en las ciudades se llaman kasibkares.

Los kolbares y kasibkares tienen entre 13 y 70 años. Algunos solo terminaron la escuela primaria, mientras que otros son graduados universitarios. Llevan cargas, porque no pueden encontrar otro empleo.

En los últimos 5 años, unos 300 kolbares y kasibkares han sido asesinados a sangre fría. No se dispone de estadísticas absolutas sobre estas muertes, a las que hay que sumar las acontecidas por el clima extremo.

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